¿Conocéis VirTEA? Se trata de una nueva app de Realidad virtual móvil desarrollada por Answare que trabaja la anticipación y la espera en personas con TEA. Recrea distintos escenarios de la vida con el fin de facilitar la manera de afrontar situaciones fuera de su rutina habitual.
Anticipación en autismo
Las personas con Autismo procesan la información de un modo diferente. Estructuran su experiencia a nivel mental con imágenes generando rutinas para todo. Y es que en realidad, la mayoría de nuestra vida se compone de rutinas. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos llevamos a cabo tareas como la comida, el aseo, ir a clase, a trabajar, vestirnos, dormir…
Pero la vida, al mismo tiempo es cambio y pueden darse acontecimientos inesperados. Habitualmente tenemos las herramientas cognitivas y emocionales para afrontar las variaciones y las novedades, con más o menos éxito, habiendo por supuesto, enormes diferencias individuales.
Pero en el autismo, estas novedades, estas situaciones diferentes, lo inesperado, estas rupturas de lo cotidiano pueden generar malestar y elevados niveles de ansiedad. Si, además, se cuenta con poca flexibilidad cognitiva las respuestas ante estos cambios son negativas y pueden llegar a provocar auténticas crisis.
Algunos cambios son puntuales, anecdóticos y no volverán a repetirse. Otros se producirán cada determinado tiempo como puedan ser viajes, visitas médicas, compras, peluquería, etc.
El abordaje de estas situaciones se trabaja de manera que la persona pueda llegar a comprender que no es algo negativo sino que es necesario, algo normal e incluso algo, al final, que le puede llegar a agradar.
Aquí es donde hablamos de la anticipación, es decir, de preparar a la persona con autismo antes de que una acción futura vaya a suceder para minimizar el impacto y reducir los niveles de ansiedad.
Esta se realiza de manera verbal y con apoyos visuales como son los pictogramas, tableros de comunicación o agendas, especialmente con personas con autismo no verbal. Estos aportan sentido a la experiencia y a la acción. Al final de lo que se trata es de que esa persona pueda afrontar una situación novedosa con cierto control, generando serenidad y reduciendo el estrés. Dado que no hay dos personas con autismo iguales, preparar este afrontamiento mediante la anticipación tendrá una duración variable, requerirá de diferentes esfuerzos y enormes dosis de paciencia.
Realidad virtual en TEA
Debido a que el procesamiento de la información en el autismo es principalmente de carácter visual, las intervenciones y el trabajo con dispositivos digitales han demostrado ser unas herramientas motivadoras y eficaces. Y en este nivel entra la realidad virtual.
Nos encontramos en un momento álgido en cuanto a desarrollo de tecnologías, aplicaciones y de software se refiere, cada vez más asequibles para la gente de la calle. Al mismo tiempo la comunicación social está experimentando cambios que hacen que se puedan identificar mejor las necesidades, carencias y potencialidades de cada persona con TEA para seleccionar y aplicar las terapias más eficaces.
Lo bueno de la Realidad virtual es que ofrece información visual y auditiva en acciones pautadas, estructuradas mientras se está trabajando, al tiempo que las manos quedan libres lo que puede usarse para realizar comunicación gestual o para realizar otras tareas paralelamente.
La nueva tecnología de VR , con gafas combinadas con smartphones haciendo uso de aplicaciones móviles hacen que puedan utilizarse en diferentes espacios y contextos, más amigables y conocidos como la propia casa, el colegio, etc. Permite llevar a cabo una intervención terapéutica inmersiva para trabajar situaciones cotidianas, temores, situaciones controlando los tiempos de exposición, las variables, etc.
VirTEA
En este contexto nace VirTEA, de la mano de la empresa murciana Answare Tech. Ante la necesidad de trabajar la espera y la anticipación de determinadas situaciones cotidianas en las personas con autismo y aprovechando las oportunidades que la RV ofrece, ha conseguido desarrollar una aplicación móvil que, además, se apoya en el uso de pictogramas para ofrecer una experiencia lo más completa y con el máximo de información posible.
La Realidad Virtual es una buena aproximación a lo que se van a encontrar en una situación real y, tras un periodo de entrenamiento y adaptación, permite recrear los diferentes momentos que forman parte de una actividad concreta, desde la espera hasta la finalización. De esta forma puede prepararse para afrontar una situación real, ayudando a combatir el miedo o malestar.
Actualmente cuenta con dos escenarios posibles ya creados, la consulta del dentista, la peluquería y calle ruidosa que simula la espera de un autobús en una parada, al tiempo que recogen propuestas de diferentes situaciones como pueden ser el supermercado, un cumpleaños o un vuelo en avión entre otras. También aprovechando momentos especiales del año, se han lanzado escenas puntuales como Halloween o Navidad… Ahora están a punto de lanzar su último espacio: la pizzería, que va a permitir trabajar la espera en lugares tales como restaurantes y similares.
Se eligieron en un primer momento la consulta yla peluquería porque implican elevados niveles de tensión y ansiedad. Por un lado porque no son situaciones que realicen a diario ni forman parte de su vida cotidiana. A esto se añade que pueden desconocer qué les van a hacer ahí y resultarles un entorno extraño y hostil.
Rodrigo es un claro ejemplo de rechazo a estos contextos. Sin ir más lejos, no recuerdo la última vez que pude llevarlo a cortarse el pelo, algo que llevo haciendo yo misma (con mis nulos conocimientos y menos arte) desde hace casi 6 años.
Las consultas médicas, en general, implican por otro lado, crisis con gritos, golpes y conductas que cada vez me resultan más difíciles de manejar a mí sola tanto por su intensidad como por su envergadura. Hay que ir siempre explicando la situación a los profesionales, sabiendo que no en todas partes cuentan ni con los conocimientos, ni con protocolos adaptados a estos casos.
Con él he de decir que trabajar la espera en la parada del autobús ha sido un auténtico logro, ya que es en lo que nos hemos centrado.
Para el desarrollo de VirTEA han contado con la ayuda del Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica Específico de Autismo y otros Trastornos Graves del Desarrollo de la Región de Murcia así como el asesoramiento de la Asociación Para la Atención de Personas Con Trastorno En El Desarrollo (ASTRADE).
Existen dos versiones, una enfocada a VR de escritorio de coste más elevado dirigida a instituciones, organizaciones y empresas. Y -aquí viene lo bueno- una versión para el móvil, más optimizada y económica que podemos utilizar las familias.
No olvidemos que se trata de un recurso más dentro de una intervención global, en el cual puede apoyarse la intervención clínica. Debido a sus características ofrece muchísimas posibilidades al poder trabajar numerosas variables en un entorno controlado al tiempo que da la oportunidad de reforzar el trabajo terapéutico en el entorno familiar. A mí este aspecto es algo que me ha parecido fundamental y he tenido la gran suerte de poder probarla desde casa. También me gustaría insistir en las diferencias individuales. Cada autismo es único, y los resultados pueden variar de un individuo a otro. Con Rodrigo, por ejemplo, tendríamos que hacer una planificación muy extensa de sesiones debido a su gran rigidez cognitiva y el marco ideal sería poder trabajarlo también en el aula.
El funcionamiento es muy sencillo. Lo primero: descargarse la app, que estará disponible tanto para Android como para IOS.
Podremos realizar toda una serie de ajustes, como «elegir la representación del usuario en los pictogramas como masculina o femenina, la duración del tiempo de espera, tanto si es en una sala de espera o en la propia calle, el periodo en el que se está sentado en la silla del dentista o el peluquero y la iluminación, que puede ser más cálida y brillante como en verano, o más fría y apagada como en una tarde de invierno«.
A continuación nos ajustamos las gafas y comienza la inmersión en la consulta virtual del dentista o en la peluquería, de momento.
La luz roja nos indica que debemos esperar, medio minuto de base que se irá configurando para aumentar los tiempos de espera. Mientras tanto en las escenas se oyen sonidos de ambiente, también ajustables y más personas, hasta un máximo de tres.
En el momento que la luz cambia a verde aparece el profesional que nos invita a pasar al siguiente espacio, bien hacia la consulta del dentista, bien hacia el lavacabezas. De nuevo podemos configurar luces, personas presentes, ruidos ambientales, tiempos de estancia…
Posteriormente hay una tercera escena en la que pasamos a cortarnos el pelo y peinarnos, o a sentarnos ya en la silla de la consulta, teniendo de nuevo la opción de regular cada variable.
Es una manera de trabajar mediante aproximaciones, aumentando los estímulos cada vez más en función de la tolerancia en las situaciones simuladas. Es lo más parecido a los métodos de exposición en vivo y el apoyarse en un primer momento en pictogramas hacen de esta herramienta un recurso tremendamente útil e interesante
Se han tenido en cuenta prácticamente casi todas las variables posibles en estos entornos, lo que implica un exhaustivo trabajo de análisis y observación. El sonido de las tijeras que no es unidireccional ni de intensidad constante, el secador, el taladro del dentista, las luces…
Además de controlar estas situaciones, permite valorar las reacciones emocionales de los usuarios, algo que aporta valiosísima información a la hora de diseñar estrategias conductuales de afrontamiento, ajustar el programa, llevar a cabo una intervención, en definitiva más global y completa.
Con Rodrigo las exposiciones han sido muy breves de momento, dado que su principal problema es la tolerancia a cualquier cosa extraña en la cara, además de que se agoiaba con las imágenes. Este aspecto de preparación previa con las gafas de RV va a ser necesario en muchos usuarios y su extensión en el tiempo dependerá de las características de cada uno.
El manejo puedo deciros que es muy intuitivo y sencillo. En cuanto a su uso, aunque el límite de edad se suele establecer en 12 años, para utilizar estas como medidas de intervención niños pequeños no debería usarse durante mucho tiempo dado que los nervios ópticos siguen desarrollándose. Para niños más mayores y adultos no se recomienda un uso más allá de 30 minutos, dado que puede producir fatiga visual e incluso mareos. A esto hay que añadir los períodos de atención sostenida de cada persona, algo que sin duda también determina los tiempos de aplicación. En el caso de Rodrigo son muy breves, comenzamos con medio minuto, con la mínima exposición de variables y llegamos a dos que es todo un logro, y a ello nos debemos ceñir para desarrollar cualquier actividad. Además, como presenta problemas de convergencia visual debe esforzarse mucho y se cansa pronto.
Con esto quiero decir que antes de utilizarlas se debe establecer una planificación pormenorizada de la intervención teniendo en cuenta todas las características físicas, emocionales y cognitivas del usuario para garantizar el resultado más óptimo.
Si bien muchos usuarios podrán llevar a cabo la experiencia sin problemas, otros podrán tener problemas para habituarse al uso de las gafas como ha sido el caso de mi hijo Rodrigo. Lo ideal: contar con los profesionales para ir realizando aproximaciones (primero elásticos, luego gafas sin smartphone, después con smartphone, utilización de auriculares, soportes físicos para hacer la experiencia más real…), todo siguiendo una secuenciación de trabajo pautada supervisada.
Personalmente me parece una herramienta con posibilidades infinitas, tanto por la gran variabilidad de situaciones que se pueden ir incorporando a la app como por las áreas que se pueden trabajar de manera transversal a la espera y la anticipación: hiper e hiposensibilidades auditivas, visuales, tactiles, emociones, miedos, flexibilidad cognitiva, aprendizajes… A esto sumaría la democratización de un recurso que habitualmente se aplica en centros -y que suele ser costoso-, ofreciendo ahora la posibilidad de desarrollar la experiencia desde el propio hogar y el aula a bajo coste, facilitando el refuerzo y la consolidación del trabajo llevado a cabo en clínica, generalizando aprendizajes. Por último, un elemento tan visual, bien trabajado, es garantía de éxito en el Autismo, condición en la que la vía principal de procesamiento de información del mundo se produce a través de los ojos.
Es una herramienta complementaria que puede mejorar la calidad de vida de muchísimas personas con TEA y sus familias, entre ellas la mía.