…mujer, pueblo pueblo, lo que se dice pueblo Benidorm, con casi 70000 habitantes no lo es, y menos en verano, cuando casi sextuplica esa cantidad…Pero es el «pueblo» de mamá.
Es donde ella ha vivido, donde ha crecido, donde continúan sus amig@s del colegio, del instituto, donde permanecen los lugares emblemáticos de quedadas, de paseos, donde sigue enamorándole ese mar calmo, ese olor a salitre, donde en cada esquina hay algún recuerdo de toda una vida…
Para mis hijos, la experiencia de ir al pueblo es totalmente distinta a la experiencia que mi hermano y primos vivimos de pequeños, supongo que como tantos otros pequeños. Porque cada vez somos menos «de pueblos».
Mis veraneos transcurrieron a caballo entre mis playas, campamentos y el pueblo de mi madre, con algo menos de 1500 habitantes. Eso sí era un pueblo.
Me emociona recordar esos viajes interminables, cuando no existían las autovías aún. 360 kilómetros que hoy, en menos de tres horas y media se ventilan y que hace 30 años suponía casi un día de viaje.
Cuando preparabas nevera y comías a un lado de la carretera. Cuando te mareabas por esas curvas horrorosas y tu padre acababa hasta el moño de oír esos cassettes con grabaciones de los 40 principales que con resignación ponía una y otra y otra vez.
Y eso era sólo el comienzo de la aventura.
Ver a tus abuelos y poder jugar en la calle hasta las tantas, mientras los mayores, sillas en mano, se plantaban en la plaza a cotillear y cotorrear tan a gustito bajo un cielo realmente estrellado, sin luces que pudieran empañecer.
Ir a comprar al Marcelino o la Alejandra una onza de chocolate…sin miedo, con seguridad…
Esas puertas sin timbre.
Ese panadero que llegaba por la mañana y a golpe de claxon te avisaba de que tu pan y tus tortas de aceite ya estaban listas.
Ir a la fuente a por agua.
Ir al lavadero
Llamar por teléfono y que te atendiera la centralita («con el 11 de Diezma por favor«)
Los «¿Y tú de quién eres?» …»La nieta de Joaquín, el de las merguizas»
Ir a comprarle a tu bisabuela la leche a la vaquería con una herrada de latón…
Jugar con esos primos también de ciudad en los corrales, plazas, patios y sorprenderte de cada pequeña cosa, entretenerte sin necesidad de tele, ordenadores, videojuegos…y el día te sabía a poco.
Ahora algun@s de esos primos tienen hijos y veranean también en la ciudad. Y ya es tan distinto todo…
No podemos reproducir nuestra infancia, y tampoco tiene mucho sentido aunque a mí me gusta recrearles cada rincón con historias, y cada día me parezco más al famoso Abuelo Cebolleta, qué le vamos a hacer…
Al fin y al cabo, este va a ser su pueblo, tiene que marcar diferencia, historia, y no sólo playa y piscina. Tiene que evocarles algo que les impulse, les motive a generar su propia historia como la tuvimos su padre y yo.
Por eso me gusta tardar dos horas en llegar a cada sitio, porque en cada esquina hay una aventura, hay una anécdota, hay un vecino, hay alguien que te recuerda y te paras a saludar…y eso nunca desaparecerá.
Qué bonito lo que cuentas… Yo no tengo pueblo, así de rara soy, pero mi familia es de ciudad desde hace muchas generaciones. Así que nada de veranos idílicos en sitios pequeños donde todo el mundo te conoce. Eso que me he perdido (pero, gracias a eso, he viajado mucho con mis padres, eso que he ganado). Ahora tengo pueblo de adopción gracias a mi marido, así que mis hijos están viviendo una experiencia que yo no tuve y que creo que es muy positiva.
Ahora, que Benidorm a mí tampoco me parece un pueblo jejeje
Yo creo que cada vez hay menos gente con pueblo parecido al de mi madre. Como digo, mis hijos tienen otra cosa…Pero independientemente, las vivencias de los veraneos de cada uno quedan grabadas a fuego y se recuerdan de manera especial, ¿verdad? Un beso!!
Benidorm es "pueblo" ideal para pasar las vacaciones con niños. Y creo que haces muy bien en hablarle de tus veranos de la infancia. A mí me encantaba que mis padres me contaran cosas de cuando eran pequeños porque no me hacía una idea de que hubieran sido niños alguna vez 😀
Benidorm es verdad que ha crecido mucho, pero en esencia sigue siendo n pueblo con las familias de toda la vida, los amigos desde la guardería…por eso para mí es un pueblo. Y es verdad que con niños adquiere un doble valor. Me encanta verles pasear por donde yo lo hacía y disfrutar en esencia de las mismas cosas!!Un beso!
Me siento muy identificada con todo esto. Ese ¿Y tu de quién eres? me ha traído muchos recuerdos. Ahora se lo preguntan a mis hijos. Porque sigo veraneando en el pueblo de mis abuelos, compartiéndo al menos 15 días con mis amigos de antaño, cuyos hijos son la pandilla de los míos.
Y seguro que es una experiencia familiar indescriptible!! Eso es tan valioso hoy en día, ese tiempo de calidad, de recuerdos…Me encanta! Muchas gracias y un beso!
En mi pueblo sigue todo tan parecido a lo q has contado… El panadero, el pescadero…el q viene a venderte bragas, jajajaja! Han cambiado algunas cosas, pero sigue su esencia. Eso lo vivirán mis hijos y es bonito. Claro que Benidorm tb es parte nuestra, desde que nació mi niño mayor hemos veraneado alli (con tres meses nos plantamos allí de vacaciones y solo hemos fallado un año) y siempre decían que cuándo iban a su casa de Benidorm ( el Milord's jajajajajaja). Un beso, disfrutad!
Sí, el mercadillo también, con bragas y fajas, como no! Me da pena que mis hijos no lo vayan a conocer, ya mi abuelo no vive allí, se mudó a Granada con mis tíos…Pero ahora tienen Benidorm y para ellos es una aventura…
y que no me entere que algna vez os dejáis caer por aquí y no me avisas!! Un beso!!
Aqui una sin pueblo que no puede ofrecer esa experiencia a su peque. Yo creo que aunque Benidorm no se al típico pueblo lo disfrutarán muchísimo igual, solo por el cariño que le pones 🙂