Marcela, la inventora de palabras es un cuento realizado por Save the Chilfren para luchar contra la violencia de género, concienciar sobre el acoso escolar y en particular en aquellos niños que tienen alguna discapacidad.
La protagonista es Marcela, una niña de 10 años, y es diferente de sus compañeros ya que dice las palabras a su manera.
Cuando quiere decir «patata» dice «tapapa» y para decir «maravilloso» pronuncia las sílabas a su manera: «Mallaviroso».
Marcela tenía una forma muy particular de comunicarse. Hablaba muy poquito, pero miraba y escuchaba mucho. Y cuando decía algo, lo hacía despacito, como a cámara lenta. A veces las palabras se descolocaban cuando salían de su boca. Había personas que no la entendían
Cuando se cambió de ciudad comenzó en un cole nuevo, pero sus nuevos compañeros la rechazaban por ser diferente, se metían con ella. Siempre estaba escondida en el lavabo. Algunos compañeros se reían de ella y otros directamente miraban hacia otro lado, como si con ellos no fuera la cosa.
Marcela representa perfectamente uno de tantos niños que sufren el acoso escolar en su propia piel solo por ser diferentes.
Describe situaciones, momentos y vivencias y sobre todo, cómo se sufre cuando sientes que estás siendo acosada. El cuento insta a verbalizar las emociones, contarlo a los otros y pedir ayuda. Al mismo tiempo invita a los demás a reflexionar sobre la conducta de acoso. Todo acompañado de unas metáforas en forma de espinas y unas ilustraciones preciosas.
CERMI junto a Fundación ONCE elaboraron el estudio ‘Acoso y ciberacoso’. En este se alertaba de que casi el 80% del alumnado con discapacidad, junto a las familias y los profesionales del ámbito de la educación, apuntaban al hecho de «ser diferentes» como el factor desencadenante para sufrir acoso escolar.
Los efectos negativos que les ocasiona el hecho de sufrir acoso si además tienen una discapacidad es muy importante. Sus consecuencias más frecuentes; suelen pasar por el empeoramiento de las calificaciones (31,3%), el descenso de la motivación para asistir a clase (57,8%), por el incremento de la tristeza (62,55%) y las “ganas de llorar” (53,6%).
Para Save the Children y Cermi es fundamental apostar de manera decidida por la sensibilización sobre esta problemática, a la que están más expuestas las personas que son percibidas todavía como ‘diferentes’. Hay que llegar al conjunto de la sociedad (profesorado, familias, alumnado, administraciones y medios de comunicación) para que se acabe con esta situación y las aulas y el entorno sean un lugar en los que la inclusión esté garantizada.
En esta línea, ambas organizaciones reiteran la necesidad de aprobar con urgencia la Ley de Protección Integral frente a la Violencia de la Infancia y Adolescencia, paralizada por el bloqueo institucional, y esencial para erradicar todas las formas de violencia.
Podéis descargaros el cuento en el siguiente ENLACE.