Ayer tuve una reunión con la tutora de la mediana. Necesitaba informarle de unas ausencias y de unos temas relacionados con la asignatura de lengua, y ya de paso ver qué tal se había adaptado a la clase, a los compañeros…Aunque ella lo cuenta absolutamente todo, necesitaba oir de boca de un adulto que se encuentra contenta y que está integrada.
No sólo me confirmó lo que ya sé, que es una niña feliz, buena compañera y trabajadora. Además me hizo acabar de enamorarme de ella, de ese ser humano que, a pesar de los arrebatos de preadolescente precoz que comienza a tener, tiene un corazón que no le cabe en un puño.
El primer día de clase mi hija llegó encantada del nuevo cole. «Es genial» fueron sus palabras, disipando mis temores por esa primera vez que ya en su momento compartí con vosotros en este pensamiento.
Me contó que habían estado hablando de las diferencias, de que había niños que tenían necesidades especiales y que este año iban a tener un compañero nuevo con unos aparatitos en los oídos para oir. Ella levantó el brazo y les contó a todos la historia de su hermano mayor, así, de manera espontánea.
Sé que ella juega con su amigo, sé que están sentados juntos. Lo que desconocía es que ella, le pidió, casi «le rogó» a su profesora sentarse a su lado.
Este pequeño, con desfase de un año, aún está en proceso de adaptación a sus audífonos, ya que su hipoacusia fue detectada de manera tardía. En su caso el lenguaje es pobre y poco inteligible, y con una serie de problemas asociados a las dificultades de comunicación, llevando una adaptación curricular.
Al principio no hablaba en clase o lo hacía muy poquito. Yo le explicaba a mi hija que era porque él se escuchaba ya bien y lo hacía raro, y posiblemente le diera un poco de vergüenza. Que era cuestión de tiempo y confianza, que ella tenía que hablarle despacio y esperando a que él le contestara.
Pues parece ser que este compañero ahora habla más, mucho más con diferencia. Y mi hija hace de traductora e intermediaria entre él y la señorita.
Está menos nervioso, más sosegado, más sociable. Ya comienza a tener amigos, se comporta mejor…
Y la mediana tiene mucho que ver en este cambio de actitud.
Lo modera, hacen un equipo perfecto.
Lo abraza (bueno, ella abraza a todos, es un koala andante) y cada vez que hace algo bien lo refuerza «¡Genial!¡Muy bien!»·, tal y como hacemos con su hermano.
Y le regaña cuando se porta mal, cuando no cumple las tareas, cuando en el patio va donde no debe ir, cuando empuja a alguien…
Y se ríe con él. Y los dos hacen gracias con su manera de hablar, pero sin mala intención, y él se parte.
«Es muy gracioso mamá, aunque a veces no me deja tranquila, pero ya juega con otros»
Este es el ejemplo de que la inclusión comienza en casa.
Evidentemente no es cuestión de tener un miembro en la familia con discapacidad, sino que es un trabajo de normalización fomentado desde el hogar y la escuela.
Realizando adaptaciones curriculares, fomentando no sólo la integración, sino una inclusión real, tratando de no hacer diferencias, más que las necesarias según las capacidades y los requerimientos educativos de cada caso.
Estos niños se están enriqueciendo, están aprendiendo unos de otros. De manera inconsciente. Y ese enriquecimiento lo harán extensivo a otros ámbitos de su vida. Aceptación, paciencia, tolerancia, comprensión….
Es tan importante dejar de segregar, proveer de apoyos y materiales adaptados las aulas.
Nos estamos perdiendo tanto…
Pero hoy me centro en mi hija, porque sí, porque el orgullo me rebosa, el pecho me explota. Porque espero que continúe en este camino, enseñándonos lecciones día a día.
Ya nos lo dices siempre, que ella es especial ¡qué orgullo, niña! Ea, a comértela a besos. 😉
Si, si, ya lo hice ayer. Y esta mañana le he repetido tropecientasmil veces lo orgullosos que estamos de ella. Un beso!!
Orgullo de hija y orgullo de madre. Ojalá esta fuera la actitud corriente. Hay que luchar desde casa para que asi sea
Muchas gracias Begoña…es que no te esperas que con lo pequeños que son tengan tanta madurez. Y la tienen, y comprenden. Es increible como son, y necesitamos trabajar en ello y seguir reforzándoles y animándoles a que lo hagan así de bien. ¡Un beso!!
Ole tu hija Vanesa y ole vosotros por la educación que le estáis dando. Me emociona esta historia, de verdad, me hace pensar que algo bueno está por llegar. Un besazo
Ella lo ha mamado de siempre. Es un acto natural, y lo que me gusta es que lo haya hecho extensivo al colegio, porque seguro que es el germen de algo grande para los otros compañeros. UN beso Keka!!
Aix que ternura de niña… le daba yo un abrazo ahora mismo!!!!!!!!!!! Ojalá ese sentir lo contagie a los niños que tiene alrededor… Un besote!
Siiiiii…eso espero, porque sus compañeros son unos niños estupendos. Te la presto para ese achuchón cuando quieras. Un beso Mónica!!
Madre mía, qué orgullosa tienes que estar. Por cómo es ella, por lo que habéis hecho en casa… Es maravilloso ver toda esa bondad y esa generosidad en una niña, esa capacidad de tratar con naturalidad a los que los demás ven diferentes y, además, una forma tan bonita de entender la amistad. Dale un abrazo de mi parte, que me quedo con las ganas de lo emocionada que estoy. Besos!
Hola. un 10 para tu hija y para vosotros porque ella proyecta lo que ve y vive en vuestra casa. Totalmente de acuerdo contu planteamiento de que la inclusión nace en casa. Seguimos en contacto
¡Ole por tu hija Vanesa!
Ojala todos los niños fuesen así, porque eso significaría que les estamos la educación correcta.
Esta claro que esto empieza en casa, si les ensañamos a incluir, incluyen, si les enseñamos a excluir, excluyen. Y no valen solo las palabras, porque al final ellos hacen lo que ven que hacemos (por desgracia, la mayoría de las veces, en estos casos, aprendemos nosotros de ellos y no al revés).
Me repito ¡ole por tu hija! y ¡ole por sus padres! que lo estáis haciendo genial.
Un besote.
Solo te diré una cosa, ojalá todos los niños fuesen como tu hija.
Hay que enseñarles en casa a apoyar a los demás, sean como sean.
Que afortunada eres.
Un besazo
Felicidades a la peque, babeando debes estar y no es para menos.
Besos
Que bonitoooo Vanesaa!!! Y q amor de niñaaa. Ojalá muchos padres tuvieran presente en casa educar a sus hijos en el repeto a todos sus compañeros!!! Gracias por compartir tanto por aquí guapa!!! Un besoteee
Menudo ejemplo tu pequeña, seguro que estáis que no cabéis en vosotros de orgullo. Un abrazo enorme. Y no puedo estar más de acuerdo, el respeto, la aceptación empieza en casa ☺️