Ya sabéis que hace unos días me lesioné, y no solo eso sino que además tengo a Rodrigo en casa por ser contacto estrecho con un positivo (un profesor).
Ambos estamos bien, aparte del evidente dolor y lo que implica esta situación y no dejaría de ser anecdótico sino fuera porque el peque lleva desde el fin de la Navidad sin salir de casa: la nieve y el hielo son claramente incompatibles con un niño que anda de puntillas y con problemas de equilibrio.
Al mismo tiempo yo llevo diez días tumbada en un sofá sin ver la luz del sol ni tomar el aire y al final ¿qué sucede? que ambos nos hemos resentido.
No solo a nivel emocional, sino también físico.
Solo hay que verme la piel, tanto de la cara como del cuerpo, y a Rodrigo su incipiente dermatitis.
Ayer, en uno de mis momentos de mirarme en el espejo de mano con resignación, mi marido me sorprendía con un paquete: un pedido que acababa de llegar por mensajería. Y es que este hombre está en todo. Se trataba de un pack de cremas Weleda, para Rodrigo y para mi: “cariño, te he comprado unas cremas que he leído son son los mejores productos de cosmética sostenible, que no le falte nada a mi churri” Ya sabéis como es.
Os cuento porque no no tiene desperdicio.
La verdad es que estoy intentando llevar, dentro de este ostracismo obligado, una cierta rutina saludable, tanto de alimentación como de higiene y cuidado. No es fácil cuando estás acostumbrada a no parar, pero lo aceptas. Sin embargo el tema piel no está saliendo como pensaba.
Las piernas las tengo muy resecas, el estrés me afecta enormemente y la escayola me molesta al rozar causándome rojeces.
Rodri por su parte está nervioso, lógicamente, aunque se está portando fenomenal a pesar de no poder salir y no comprender el porqué. Y siempre que transcurre demasiado tiempo encerrado o en modo sedentario y con elevada carga de ansiedad, como ahora, la dermatitis hace su aparición.
Mi marido que está ejerciendo su papel de responsable a tiempo completo se toma muy en serio lo de cuidarse por dentro y por fuera, así que no solo es proveedor de comida la mar de sana, sino que al ver mi agobio y las molestias del niño, en lugar de preguntarme qué necesitábamos ambos, directamente se puso a indagar.
Toda una tarde buscando comparativas en internet, sin decirme nada, hasta que llegaba el “cariño, mira, te he comprado estas cremas. He leído que han sido premiadas en Telva, Vogue y no sé cuántas más páginas más, y la hidratante de bebés es una de las más vendidas en Amazon, que son totalmente naturales, ¿eh?” Maravilloso, qué voy a decir yo.
Una para Rodrigo y otra para mi.
La pierna de la escayola está muy perjudicada, sobre todo por las rozaduras, además, ya he comentado alguna vez que tengo la piel muy sensible y he de tener especial cuidado con los productos que utilizo. Todo debe ser lo más natural posible.
Con Rodri hemos comenzado a probarla en el culete por el tema del pañal y en el cuerpo y la verdad es que apunta fenomenal. No puedo dejar de pensar en la cantidad de productos que hemos ido probando a lo largo de este camino de maternidad diversa. Y siempre descubro algo nuevo que me lleva a pensar en ojalá alguien me hubiera hablado de este tipo de productos esenciales para el cuidado del recién nacido que en nuestro caso seguimos utilizando. Ser madre primeriza y de un niño con estas características no ha sido un camino fácil.
No hay que perder de vista que nuestros hijos aunque crecen siguen necesitando hidratarse y determinados cuidados; parece que conforme se hacen mayores o pasan de cierta edad ya no necesitan ese cuidado extra y es todo un error. Como madre de un niño con discapacidad y otro con psoriasis sé muy bien lo que es estar constantemente pendiente de cualquier roncha, escamación, rojez…
Uno de los errores más comunes que he cometido como madre es no asesorarme. Pero no tiene sentido echar la vista atrás, ¿no creéis? Afortunadamente cada vez existen más productos que apuestan por lo natural que al final es lo que buscamos y necesitamos. Yo os recomiendo leer mucho, preguntad a los profesionales, comparad y echad mano siempre que podáis a las pequeñas muestras que para eso están! Igual de importante es que coman bien, hagan ejercicio, estén aseados como que su piel esté cuidada.
¿Qué cremas utilizáis en vuestros hijos? De hecho, ¿utilizáis en los que ya no son bebés?
Esas cremas son la maravilla! Y la súper hidratante de la cara que es verde el bote también. Pero la del pañal la mejor sin ninguna duda!