Si recordáis, hace unos meses os presentaba VIRTEA, la app que trabaja la anticipación y la espera en personas con Autismo. Comenzó con dos escenarios, la consulta del dentista y la peluquería siendo ambas dos experiencias que pueden llegar a ser tremendamente estresantes para personas con Autismo. A estas se sumaba hace unos meses  «calle ruidosa», algo que si os soy sincera, estaba esperando como agua de mayo.

Uno de los elementos más limitantes que tenemos con mi hijo es la rigidez cognitiva y los problemas de hipersensibilidad. Estos nos impiden realizar prácticamente ninguna actividad de ocio fuera de casa y cualquier otra tarea cotidiana que implique permanecer en el exterior.  Exponerse a otras personas y a los estímulos que nos rodean le genera muchísimo estrés. Acompañar a sus hermanos al colegio, transitar por una calle llena de padres y madres con sus hijos, cruzar un semáforo, esperar la ruta escolar…son sin ir más lejos parte de nuestra rutina diaria que cada día supone ansiedad, tirarse al suelo, gritos, escapismos, etc.

Mediante esta aplicación estamos logrando que poco a poco esa carga de estrés se vaya reduciendo, combinado con el apoyo de pictogramas y el trabajo que desde el centro escolar van realizando. ¿Recordáis la actividad de compra en Mercadona?. He de apuntar que el aprendizaje de Rodrigo se ve muy limitado por su afectación cognitiva y es lento, así que hay que tener enormes dosis de paciencia…

La escena comienza con nosotros esperando el autobús en una calle muy ruidosa. Hay coches circulando, y una moto pasa a gran velocidad entre ellos. Al cabo de un ratito otro coche se avería provocando un atasco y eso desencadena que el resto de vehículos hagan sonar el claxon. ¿Os imagináis esta escena, verdad? Nosotros vivimos algo similar a diario ya que debemos esperar en un intercambiador de autobuses al lado de la boca de un metro!

Paralelamente hay una excavadora  trabajando, haciendo obviamente un ruido elevado de manera constante. Desde la aplicación aconsejan desactivar esta opción si el usuario es especialmente sensible a estos sonidos hasta que se acostumbre, de manera progresiva. Esta es una de las grandes ventajas: que puedes ir modulando intensidades según tus necesidades.

Calle con excavadora. Escena de realidad virtual de la aplicación VIRTEA y la escena calle ruidosa

También aparece un perro que ladra y va cambiando de posición, que puede servir para trabajar transversalmente el miedo a los perros. Esto puede ser tremendamente útil si se está pensando en tener un perro de terapia o si hay uno en el hogar.

imagen desde la perspectiva de unas gafas de realidad virtual en la que se ve a un hombre con su perro en la escena "calle ruidosa"

Por último aparecen un padre y su hija mirando un escaparate. La niña lleva un globo que en un momento determinado explota.

PAdre e hija de espaldas con un globo rojo. Animaciones de realidad virtual de la aplicación VIRTEA en la escena "calle ruidosa"

Como véis se tratan de ruidos intensos, algunos repentinos, y de una aglomeración de estímulos que, pese a resultarnos de lo más normales, a las personas con autismo o determinadas sensibilidades pueden resultarles angustiosos y hay que trabajarlo.

Podemos calibrar el tiempo de espera en la parada, el sonido del tráfico, el estallido del globo, los ladridos del perro y el ruido de los obreros. También seleccionar el género del personaje, modular la luz siendo más fría o más cálida y determinar el número de personas presentes en la escena.

Pantallazo de la app VIRTEA donde se ajustan variables de la escena: tiempo, sonidos y otros en "calle ruidosa"

Apoyada en pictogramas, esta escena de «calle ruidosa» a mi juicio es una herramienta de apoyo terapéutico muy útil.

Si os surgen dudas con la utilización de las gafas, en el post sobre la aplicación os doy una serie de pautas. No tengáis miedo a utilizarlas, la clave es respetar una serie de normas y, sobre todo, los ritmos de cada niño. Eso es fundamental.

Podéis adquirir la app tanto en apple store como en google play.

 

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