El consumo de alcohol durante el embarazo es la principal causa de defectos congénitos del desarrollo prevenible al cien por cien. La razón: se trata de un potente teratógeno que atraviesa la barrera placentaria, pasando al feto, y actúando directamente sobre el cerebro, el órgano más sensible a sus efectos, produciendo alteraciones a nivel del Sistema nervioso central, en algunos casos tan pequeñas que son indetectables pero que ocasionan importantes trastornos neurológicos. (Saludesfera: Consumo de alcohol en el embarazo: riesgos y Trastornos del espectro Alcohólico Fetal)
Esta información choca frontalmente con los resultados arrojados por, diversos estudios, entre ellos Exposición a tabaco, alcohol y drogas de abuso en gestantes. Estudio de prevalencia en gestantes de Málaga (España) en el que se recoge que en España el 42% de las mujeres reconoce haber consumido alcohol durante la gestación en un contexto social. Además, solo entre el 2% y el 3% es consciente de que una sola copa puede ser perjudicial.
Datos realmente alarmantes, sobre todo teniendo en cuenta los graves efectos que dicho consumo puede ocasionar en el recién nacido: reducción de la capacidad cognitiva, posibilidad de desarrollar posibles retrasos en el crecimiento, o empeoramiento del razonamiento no verbal del bebé, entre otros.
Para concienciar sobre esta realidad, la Asociación Española de Matronas (AEM) y Cerveceros de España han lanzado la campaña “Porque él bebe lo que tú bebes”, una iniciativa de concienciación dirigida a mujeres que se encuentran en periodo de gestación o lactancia, donde se les advierte de que el consumo de alcohol en cualquiera de estas dos etapas puede suponer un riesgo para la salud del feto o el recién nacido. Esta campaña fue presentada en un Taller práctico en el que una matrona y una nutricionista especializada informaron sobre los riesgos del consumo al tiempo que proporcionaron pautas de cuidado y nutrición saludables y equilibradas para una correcta alimentación durante estos periodos.
Riesgos del consumo de alcohol en el embarazo y durante el período de lactancia.
El consumo durante el embarazo debe ser nulo. Hay que tener presente un hecho, y es que el alcohol puede producir daños graves e irreversibles en el feto, teniendo como consecuencias
- aumento del riesgo de aborto
- riesgo de parto prematuro
- bajo peso al nacer
- malformaciones congénitas en el corazón, los riñones, el tubo digestivo, las extremidades
- alteraciones físicas y motoras
- retraso psicomotor desde moderado a profundo, pudiendo provocar problemas de hiperactividad, dificultad para memorizar, hablar o coordinarse. De hecho, el alcohol es la primera causa no genética de discapacidad intelectual.
- rasgos faciales alterados (cabeza pequeña, maxilar superior pequeño, etc.)
- Síndrome alcohólico fetal
Pero no solo afecta durante el período de gestación, sino que el riesgo persiste durante la lactancia, un momento fundamental en el desarrollo del niño, pudiendo ocasionar graves problemas de salud tales como
- reducción de la capacidad cognitiva,
- posibilidad de desarrollar posibles retrasos en el crecimiento,
- empeoramiento del razonamiento no verbal (en comparación con el resto de los niños que han sido amamantados por mujeres que no consumían alcohol)
- una reducción en el reflejo de bajada de la leche materna, lo que puede significar que el bebé obtenga menos leche materna durante las tomas.
- en los casos más graves, un consumo agudo excesivo puede provocar coma, convulsiones y riesgo de muerte en el lactante.
Sin embargo, algunas mujeres no dan la suficiente importancia a esta etapa y no son conscientes de que, a través de la leche materna, transmiten todo lo que consumen al bebé. Existe mucha herencia cultural y mito en relación a esta práctica y es necesario seguir proporcionando información fiable y datos a las madres lactantes (y futuras madres) sobre el efecto del alcohol durante la lactancia y en definitiva concienciar acerca de la incompatibilidad del consumo durante ese período.
Es importante, además, saber que el consumo de alcohol durante la lactancia puede hacer que al bebé no le guste ingerir la leche, ya que su sabor puede cambiar, por lo que estaría recibiendo un menor aporte nutricional del que necesita para desarrollarse correctamente. Además, cuanto más pequeño sea más inmaduro será su sistema y tendrá mayor dificultad para eliminar el alcohol de su cuerpo.
Alimentación saludable e hidratación
EN LA MADRE
Andrea Calderón, dietista-nutricionista de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), recalca la importancia de seguir una alimentación equilibrada y saludable dado que en estos períodos somos las responsables directas de la alimentación de nuestro bebé.
Dar el pecho supone un extra de 500 kcal, además de tener un mayor aporte de nutrientes como calcio o hierro. Para ello as mujeres debemos tener cubiertas esas necesidades a través de una dieta equilibrada y completa.
Entre otras pautas, se establece
- El consumo entre dos y tres veces al día de platos de verduras y hortalizas, así como 2-3 piezas de frutas que aportarán vitaminas hidrosolubles, fibra y multitud de compuestos antioxidantes
- Ingesta habitual de legumbres (2-3 veces a la semana)
- Inclusión de frutos secos no fritos y semillas habitualmente.
- Uso de aceite de oliva virgen tanto para cocinar como para consumo.
- Reducir el consumo de azúcar a un máximo de 20gr al día
- Incluir pescado y huevos, entre 3-4 veces por semana, ya que son ricos en grasas omega 3 esenciales para el desarrollo correcto del bebé, nutriente que interviene en la formación de las estructuras del sistema nervioso del recién nacido.
- Hidratarse correctamente, con agua pero también infusiones, leche…siempre con compromiso alcohol 0
EN EL NIÑO
Por otro lado, Charo Sánchez, miembro del comité de la Asociación Española de Matronas, expuso la importancia de una correcta alimentación para la salud del niño
“una alimentación equilibrada proporciona los nutrientes adecuados para favorecer el crecimiento y desarrollo del bebé, la calidad de la placenta, mantiene el nivel de energía a lo largo del embarazo, parto y post-parto, previene anemias y activa la producción de la leche”.
La lactancia materna se recomienda por su composición como el nutriente ideal hasta los seis meses de vida, en exclusiva, dado que contiene elementos protectores que protegen a los niños frente a enfermedades relacionadas con los radicales libres, enfermedades degenerativas y metabólicas, o aquellas provocadas por un déficit de defensas, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por último si alguna madre desea consumir una cerveza SIEMPRE debe ser 0,0% como única alternativa.
Es importante extremar las precauciones durante el embarazo aunque no hay que olvidarse de que también se pueden extremar incluso antes. Durante la época de intentos de quedarse embarazados, la pareja puede apoyarse en una serie de productos para aumentar su fertilidad y reducir, así, los intentos necesarios para conseguir la fecundación.