El primer libro «de mayores» que mi hija mediana tuvo en sus manos fue La despensa Mágica, el inicio de la fantástica serie La pandilla de la ardilla. Fue el comienzo de una aventura lectora, en la que los libros de tapa dura y letra enorme dieron paso a una lectura más compleja, y que supusieron su introducción al mundo de El barco de vapor.
Las historias de esta pandilla están protagonizadas por Rasi, una ardilla que vive en el colegio al que asisten un grupo de amigos: Nora, Aitor, Irene, Ismael y su profesora Elisa, y van a vivir un montón de aventuras.
Gracias a SM he tenido la oportunidad de hacerme con el sexto ejemplar de esta divertida colección, El descubrimiento de Rasi. que mi hija, evidentemente me arrancó literalmente de las manos en cuanto llegó a casa. Begoña Oro, de nuevo, consigue que los pequeños queden enganchados y las ilustraciones de Dani Montero cobran vida propia.
En esta ocasión la pandilla encuentra un huevo misterioso entre las ramas de un árbol. ¿De qué animal se tratará? Y sobre todo, ¿cómo ha llegado hasta ahí?
Una preciosa tortuguita asomará la cabeza y a parttir de ahora, Golden -que así se llama- y Rasi se harán inseparables. Pero…Golden tiene una familia y bueno….tendrás que leerlo para saber qué aprenderá Rasi de esta historia, cómo será esa familia y sobre todo, ¿será verdad que la tortuguita habrá aprendido el idioma ardilla tras pasar tanto tiempo al cuidado de Rasi?
Una historia divertida, con moraleja y una propuesta muy interesante al final del libro.
¿A que te entra curiosidad?
He de decir que esta colección es imperdible, muy recomendable para los primeros lectores por muchos motivos. Por su colorido, sus personajes, su entrañable protagonista, por su creciente nivel de dificultad a medida que avanzan los volúmenes…
Una forma de inculcar el hábito de la lectura a través de historias muy visuales y entretenidas.
Y tú, ¿conocías la Pandilla de la Ardilla?
a ver si con este tipo de libros consigo arrancar a mi hija de las princesas Disney (qué monas ellas, pero después de tantos años me tienen hartita, criaturas).