A estas alturas ya casi todos los que me siguen-conocen saben de mi monumental enfado/conmoción con lo que nos sucedió el sábado en una atracción de feria.
   Para los que no, resumo: a mi siete le chiflan las gomas saltarinas, y el señor feriante no nos quiso facilitar uno de los arneses colgantes (que en otra ocasión sí hemos usado) para dar impulso al niño porque no sabe saltar. Es más, la actitud de total indiferencia, desprecio, sin dar la cara en ningún momento, con un «no es mi problema» y un «habérselo pensado antes»,  «si no salta no puede estar aquí»…dejan entrever lo lejos que estamos de la inclusión real y la poca sensibilización social existente (inciso, me consta que días atrás sí facilitó una cuerda a papás de niños pequeños para ayudarles a impulsarlos, se ve que al ser fin de semana interesaba sacar pasta gansa y que la cosa fuese lo más deprisa posible, fin del inciso).
   Al final el padre tuvo que practicar posturas imposibles para poder tirarle del pantalón y tratar de conseguir algo de fuerza, aunque claro, trata tú de lanzar un cohete a soplidos….
   Pues eso, que estoy indignada porque no es la primera vez que me veo en una de esas ni, desgraciadamente será la última.
    Por eso YO PROTESTO. Y sí, voy a presentar una queja. Porque nuestros niños tienen todo el derecho del mundo a ir a la feria y divertirse como el que más.
   Desde aquí abro una ventana para quejarme de todo, y de todos, e invito a quien quiera a dejar su protesta para, entre todos, darle difusión,  buscar consuelo y, ¿porqué no? a lo mejor encontrar solución, o al menos dar una pataleta, qué porras.
   Por lo pronto, ya hemos presentado la reclamación pertinente. Muchas gracias Sofía de Andrés por echarnos una mano con el documento

https://docs.google.com/document/d/1e1mVZGuz8D2UZUd8gAjxFl3xBR_e85qaSbKXmjYESHA/pub

Actualización: dos años después y no hemos recibido contestación alguna…

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