Mucho se habla de las comunidades y de las relaciones 2.0.
Tema complejo.
Siempre he defendido la importancia de tener una red de apoyo virtual especialmente cuando a nivel físico careces de ella por las circunstancias que sean, en nuestro caso los contínuos traslados.
Para mí han sido fundamentales y han supuesto un antes y un después en mis crisis de crianza, maternidad y personales.
Y si, como todo en esta vida, tiene sus claros-oscuros, pero yo prefiero quedarme con lo positivo, con lo bueno, con lo humano.
Ayer pude volver a constatarlo.
Lanzaba un llamamiento en un perfil social solicitando información sobre profesionales de la odontopediatría especial. Era urgente. La verdad, no esperaba mucha respuesta  por la especificidad del perfil, por el tiempo, por todo.
Pero como siempre este mundo me ha vuelto a sorprender, y para bien.
En poco tiempo tenía decenas de mensajes con contactos.
Amigos, conocidos, desconocidos, familiares, amigos de amigos de amigos…personas que no he visto nunca llamando a asociaciones de Autismo para informarse, profesionales ofreciéndose tras haber recibido un mensaje de un paciente que me sigue en redes…
Desbordada.
Emocionada.
Mensajes lanzados en provincias a 700 km.
Una comunidad volcada.
Ese es el espíritu que defiendo y que busco.
El que alabo.
El que constantemente e insistentemente utilizo como argumento a esto que hago, a esto que no solo es un blog.
El que te motiva.
El lado más personal, más empático, la generosidad sin retorno. Porque sí.
¿Necesitamos dar más explicaciones a porqué hacemos lo que hacemos?
Poner en contacto personas tan diferentes que en un momento determinado puedan apoyarse, puedan ser un ancla, un motor.
Esto, amigos, no tiene precio.
GRACIAS

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