A una semana escasa de la llegada de sus majestades, los reyes magos de Oriente, los niños, y los no tan niños como una servidora nos encontramos ansiosos. Porque particularmente la noche de antes y el día seis son los que más me gustan del año.

La cabalgata, el roscón, limpiar el calzado, preparar un aperitivo para ellos, ver una peli de dibujos, los pasos de los peques a hurtadillas y a oscuras, los gritos posteriores, el papel de envolver por todas partes, el pijama puesto hasta media mañana…Es respirar magia, y, ojalá dure muchos años más.

Aunque nuestros hijos ya «lo saben» (el pequeño hace como que no pero SÍ), la ilusión es la misma porque escribimos carta juntos y lo rodeamos todo de un aura de emoción que se contagia. Es lo bonito y con lo que me quedo. Pero con Rodrigo, es otra cosa.

Él no comprende el concepto Navidad, fiestas, reyes ni regalo. Esto no tiene más importancia porque al final sí percibe la alegría, ese algo diferente, porque la risa se contagia. No nos importa ni nos abruma ya esto, aunque hubo una época en la que tratábamos por todos los medios -imágenes, pictos, videos- que se hiciera algún esquema mental. Pero como todo en este camino de crianza atípica, al final, él marca la ruta y lo importante es llegar, no el cómo. Y en este caso el llegar es el sentirse feliz como nosotros.

Lo que sí es un reto cada año es el tema regalos. Ya os compartía el otro día el tema cumpleaños. Al final es una especie de juego en el que se entremezclan sutiles sugerencias, elecciones propias y elecciones basadas en la sensatez.

 


Con los regalos de Reyes nos pasa un poco lo mismo. Nos empeñábamos (y la familia también) en regalarle cosas según su edad y, conforme crecía, menos caso les hacía. Al final vimos que necesitábamos escucharlo, observarlo, ver qué le hacía feliz y centrarnos en eso.

Cada año suele recibir el mismo peluche musical para sustituir al anterior al que ya no le funciona normalmente casi ningún botón; algo de chocolate y algún juguete que tenga sonidos como un encajable, libro, etc, pero siempre con música. Siempre.

Este año introducimos novedad, la muñeca para hacer juego simbólico, ya que en el colegio ha empezado a interactuar mucho y las profesoras nos lo han recomendado. Además le hemos cogido de Lidl un tablero sensorial para trabajar el cierre de velcro, subir y cerrar cremalleras, botones (esto lo vemos inviable pero ahí queda…) y unos cubos apilables. De estos ha tenido muchas veces, pero dejaron de interesarle con tres o cuatro años y ahora vuelve a prestarles atención. Y por último una lámpara con peces en movimiento.

Para elegir estos, hemos pasado semanas intercambiando mensajes con los profesionales que tratan a Rodri, dando vueltas, buscando, hasta que hemos dado con las que creemos son las mejores opciones.

No obstante, en nuestra búsqueda hemos dado con algunos regalos que consideramos pueden ser muy útiles y chulos para niños con necesidades como las de Rodrigo, con autismo, discapacidad intelectual o cualquier otra condición:

Juguetes sensoriales antiestrés

Los típicos de burbujitas, blanditos, hay de mil formas, colores y tamaños, desde pequeños llaveros hasta figuras enormes y packs chulísimos con un montón de piezas.

Auriculares canceladores de ruidos

La hipersensibilidad auditiva, las molestias que los sonidos del entorno ocasionan a muchos de nuestros hijos es una característica muy común, especialmente en el autismo. Vienen fenomenal y, en cuanto se habitúan a llevarlos se hacen enseguida porque su día a día es mucho más fácil…

Álbumes de fotos

Hace unos años Melisa, del blog madre reciente, madre de un adolescente con autismo severo, compartía que a Jaime le encantaban los álbumes de fotos. Nosotros hicimos la prueba primero con uno casero plastificando las fotos y fue un éxito. Luego intentamos con uno pequeñito y genial. La información visual ya sabemos que es la reina por excelencia para los TEA. Podemos elegir fotos de ellos, de las mascotas, de la familia, de sus dibujos preferidos… Tenemos la opción de imprimir las fotos y hacerlos nosotros mismos plastificando las hohas y luego encuadernando, colocarlas en un álbum si no son de los que muerden las hojas o bien encargando uno a cualquier tienda de fotos en las que ya te los hacen personalizados.

Mordedores

Para aquellos con hiposensibilidad en la boca, que necesitan llevárselo todo ahí, morder…son ideales. Nosotros estamos utilizando collares de lactancia. A Rodrigo le da por morder cojines, zapatillas, cables…lo que pilla. Imaginaos esas fuentes de bacterias y suciedad rondando por sus mucosas…Para calmarlo y controlar lo que muerde le damos estos collares que constantemente recogemos del suelo y enjuagamos. Aparte de estos, los mordedores para más peques son también una opción mientras conseguimos trabajar a nivel sensorial ese área… Cuando salimos de casa lo llevo colgado y se lo doy allí, por eso tengo de varios colores que almenos me vayan bien…

Lámparas relajantes

Ya os he comentado la que le vamos a regalar a Rodrigo. No es barata pero os digo, y los que me conocéis sabéis que soy muy honesta, a Rodrigo le relaja como ninguna otra cosa. Vamos dos veces al año a casa de mi madre, la tiene en el suelo y lo primero que hace cuando entramos es tirarse en la cama y pedir que la encendamos. Es hipnótico, le genera una calma que es increíble. No la habíamos encontrado hasta ahora, porque no es fácil dar con ella. Le hemos enseñado el video y no os podéis imaginar la sonrisa de oreja a oreja, aplaudiendo. Así que se viene con nosotros para casa!

También le llaman mucho la atención las de lava, o con medusitas, y cualesquiera que tengan movimiento, luz con imágenes.

Las que proyectan son otra opción, tenemos un cojín de la patrulla canina que al apagarse las luces proyecta dibujitos de los personajes en el techo.

Peluches

Grandes, pequeños, mullidos, de sus personajes preferidos…Algo tienen que no fallan. Rodrigo tiene dos Kico Nicos de imaginarium desde que nació, son sus objetos de apego y no duerme sin ellos. Pero es que además tiene dos peluches musicales, uno de Phineas y Ferb, la nave de Little Einstein, Doraemon, un minión, un perro gigante de Ikea que tiene como 11 o 12 años…Acostarlo es todo un ritual y cualquier día se nos hunde entre tanto muñeco…

Como dato, tenéis en Carrefour unos osos gigantes que están fenomenal de precio, no recuerdo cuánto, lo siento, pero sé que son enooooormes.

Mantas o chalecos con peso

Nosotros utilizamos chaleco casero con peso hace tiempo. Tanto estos como las mantas «terapéuticas» se utilizan para reducir el estrés y crear una sensación de tranquilidad al ejercer presión. Crean seguridad.

Desde hace un tiempo hemos notado que rodrigo se queja muho por la noche. Pensábamos que era de frío, pero con la calefacción, el nórdico…no era motivo, a no ser que estuviese destapado claro. Lo que necesitaba o nos demandaba era presión. Ponerle capas y ajustarlas bien. Con él los sacos (que son otra opción) no han funcionado, pero sí la manta con peso. No son baratas, es verdad, pero las he llegado a ver por más de 100€…

Peluches o muñecos interactivos

Para nosotros LA estrella. Hemos tenido un Winnie the Pooh que gateaba, otro que cantaba, un Caillou, un pocoyo…pero sin duda el que más le ha gustado es el perrito parlanchín. Llevamos alternando perrito y perrita desde hace diez años por lo menos. Tiene un montón de botones que funcionan a presión y aprenden por ensayo y error. Estos son muy populares, pero vamos, en general que tengan música o botoncitos ya es un éxito…

Otras ideas: tableros de pinchos (pero que sean grandes por el tema «melollevoalaboca», cuentos, aplicaciones para jugar en la tablet, juguetes para trabajar el juego simbólico…

¿Qué regalos son para vosotros los imprescindibles? ¿De dónde sacáis las ideas de regalos? ¡Os leo!

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