Como madre de tres, que no trabaja fuera de casa, el tema vestir a niños es todo un ejercicio de cálculos y estrategia. Sabes que la ropa les va a durar lo que les va a durar. Que en unos meses ese jersey tan chulo le va a servir al Nenuco como mucho, y si me apuras.
Crecen, mucho. Es cuestión de biología. Pero la ropa no. Ya ves.
Nosotros no tenemos parientes que nos vayan cediendo esa ropa que se queda nueva de primos o sobrinos, así que toca renovar armarios cada, aproximadamente seis meses, Y es un desembolso enorme.
Yo, particularmente, cuando eran más peques he utilizado diversas plataformas de consumo colaborativo relacionadas con la compra-venta de ropa casi nueva, y no puedo estar más contenta.
Hoy me apetecía hablaros, como he hecho en otras ocasiones, de una madre emprendedora, en este caso una madre de familia numerosa.
Para mí es una valentía lanzarse al negocio de ser tu propio jefe, por el tiempo que requiere y lo arriesgado, pero, cuando le pones tanto entusiasmo, constancia, paciencia, cariño…el resultado es tan bonito y, además, fomentas la sostenibilidad y el consumo responsable… me veo en la necesidad de apoyarla al 100%.
Os presento a Sandra Ferra, el alma que se encuentra tras «El Baúl de Lucas». Seguro que os suena, porque varias madres blogueras ya utilizan su plataforma, como Mi mamá nos viste, Me Pica la Etiqueta, La sonrisa despeinada, Mamábocachancla, Aprendemos con mamá, No soy una drama mamá, etc etc.
Pero dejo que ella misma se presente y hable de su gran proyecto…
«Soy Sandra, trimadre, tengo 38 años y me he tirado de cabeza a la aventura de emprender.
La idea me surgió de la necesidad de vaciar los cajones de mis hijos y de volverlos a llenar para la siguiente temporada. Esto es algo que todas las familias con niños solemos hacer cada 6 meses. Sacas la ropa que guardaste hace un año y te das cuenta que los peques han crecido y ya no les sirve ¡Si está nueva! ¡Con el dineral que me he gastado!
Con el nacimiento de Lucas son tres niños ya en casa y los altillos no me daban para más. Además, como a muchas otras familias, el desempleo había llegado también a mi familia y no podía permitirme gastar un dineral en vestir a mis hijos para que la ropa solamente les valiera unos meses. Además, cada vez soy más práctica y realmente me resulta innecesario. De hecho, soy usuaria de varias plataformas de consumo colaborativo.
Se juntaron varios factores para que al final me decidiese a ponerla en marcha. Hace dos años y medio mi empresa aplicó un ERE y me fui a engrosar las listas del INEM. Podría haber seguido en mi empresa si me hubiera trasladado a no sé dónde (no me adelantaban la información del destino), pero me negué a ser una marioneta. Era un trabajo que me daba mucha estabilidad económica, pero que no me hacía feliz, así que pensé que igual aquello era una oportunidad de hacer algo que realmente me llenara. Luego tuve a Lucas, mi tercer hijo y parece que se ponía complicado volver a trabajar siendo mujer de más de 35 años con 3 hijos. Además, lo poco que salía era muy difícil conciliarlo con mi vida familiar. Tuve la idea de esta plataforma de consumo colaborativo y cuando tengo algo claro soy de ideas fijas. Así que me informé bien y una vez “empapada”, me decidí.
En el tema de conciliación nos queda mucho camino por recorrer… Por un lado queremos que la natalidad aumente, pero por otro ponemos obstáculos a las mujeres (y hombres) cuando su prioridad son sus hijos. Emprender es arriesgado (mucho más de lo que imaginaba), pero es la única opción de ser madre y disfrutar de ello. De poder llevarles al médico, estar con ellos cuando enferman o de ir a las reuniones y funciones del cole sin tener que pedir permiso pareciendo que pido el favor del siglo y que debo la vida por ello. Ahora estoy empezando y echo más horas que un reloj, trabajo más que nunca y gano menos que siempre (de hecho todavía no gano nada). Pero estoy disfrutando de la maternidad y de mi vida familiar como nunca antes lo había hecho.
Creo firmemente en mi proyecto, en el consumo responsable (de hecho es una de las bases de la educación de mis hijos), en el hecho de dar una segunda oportunidad a las cosas, y en el caso de mi plataforma, que todas las familias tengan la oportunidad de vestir a sus hijos dignamente sin necesidad de gastar pequeñas fortunas. Así que espero que todos estos esfuerzos (de tiempo y dinero) merezcan la pena y El Baúl de Lucas tenga larga vida.»
Es cuestión de abrirse una cuenta, añadir al carro los productos y comprarlos. En 72 horas desde que el vendedor deposita su pedido en la oficina de correos se recibe el pedido en la oficina elegida. Ah, y el vendedor no cobra hasta que se compruebe que todo ha salido bien, garantizando así una transacción segura.
¿Que lo que quieres es vender? Pues te abres una cuenta de vendedor, abres tu Baúl y cuelgas las fotos de lo que quieras vender con una descripción y el precio. Realizas el packing del pedido, lo envías y ya está!! Se cobra dentro de los diez primeros días del mes siguiente a la venta, y el Baúl se lleva un 18% de comisión.
Creo que es una manera fantástica de darle un segundo uso a todo lo que se nos queda pequeño o no llegamos a estrenar, ayudando a ser más sostenibles, y a que una emprendedora, una madre emprendedora, consiga lanzar un proyecto útil y necesario, ¿no os parece?
¿Habéis utilizado plataformas de este tipo?¿Conocéis el Baúl de Lucas?
Una iniciativa genial. Yo guarde todo lo de El Santo porque sabía que iríamos a por un hermanito. Pero ahora que El nuevo está a punto de llegar quiero ir quitándome de en medio todo lo que se le vaya quedando peque así que me parece un opción estupenda.
Enhorabuena por el proyecto. Encima trimadre. Madre de Dios. Je,je,je.
Pues me parece una iniciativa estupenda y una ideaza para dar salida a esas bolsas de ropa que circulan por los altillos como dices. Voy a bichearlo un poco. Un besote
Me encanta! Voy a ir de cabeza a verlo!!