Son muchos los mitos que rodean el mundo de las personas con Autismo, muchos de ellos profundamente integrados y arraigados a nivel social. Solo trabajando para dar información veraz, visibilizando, concienciando y formando podremos ir desmontándolos y facilitando la inclusión y la participación de las personas con TEA en la sociedad.

Estos son algunos de los mitos más conocidos:

  1. «El autismo es una enfermedad». FALSO. Los TEA son un trastorno de origen neurobiológico relacionados con el desarrollo del sistema nervioso. No son una enfermedad que pueda contraerse en un momento determinado de la vida.
  2. «El autismo se puede curar». FALSO. Dado que va a acompañar a la persona durante toda su vida no, no existen remedios milagroso ni curas. Es uno de los mitos directamente relacionados con el primero. Sí va a mejorar la calidad de vida de las personas con los tratamientos psicoeducativos basados en la evidencia científica, hoy por hoy, los que se ha demostrado que fomentan sus competencias, capacidades y habilidades, mediante tratamientos individualizados y adaptados.
  3. «Las vacunas causan autismo».  FALSO. Toda la comunidad científica ha llegado a la conclusión de que no existe evidencia que relacione la vacunación y el desarrollo de los TEA. Está más que demostrado que el estudio que dio origen a este mito, desarrollado por el Dr. Andrew Wakefield, estaba falseado y carecía de rigor científico.
  4. «El TEA solo se da en la infancia». FALSO. El TEA acompaña a la persona a lo largo de toda su vida, por lo tanto hay personas con TEA en todas las etapas. Lo que sucede es que la sociedad es más sensible y lo conoce más asociado a la infancia, además de que hay numerosas personas que no son diagnosticadas hasta que son adultos.
  5. «El TEA solo se presenta en hombres». FALSO. Tradicionalmente se ha observado un mayor número de diagnósticos de TEA en hombres que en mujeres: se presenta casi cuatro veces más en ellos. No signifca que no se presente en éstas; de hecho en los últimos años se han incrementando de manera significativa los diagnóticos. Sí existen diferencias en las manifestaciones en función del género y con sesgos en los criterios diagnósticos, lo que puede estar afectando a retrasos en los diagnósticos adecuados.
  6. «La falta de cariño de los progenitores puede provocar autismo». FALSO. Este es uno de los mitos más dañinos, herencia de la errónea y arcaica teoría de las Madres Nevera, de Kanner. Aseguraba que la frialdad en la relación madre-hijo hacía que no se formase un vínculo de apego adecuado provocando TEA, algo muy frecuente según él en familias en las que los padres (especialmente la madre) estaban muy ocupados. Aunque años más tarde esta teoría se desmontaba, el daño ya estaba hecho.  Si bien no hay una única causa a la que atribuir el autismo, si se sabe que existe una alteración del desarrollo neurobiológico y una gran relación genética. Así que no, no se puede relacionar el origen con problemas en las relaciones de apego tempranas.
  7. «Las personas con TEA no se comunican». FALSO. Las personas con TEA pueden presentar alteraciones de las habilidades de comunicación de manera que encontramos desde aquellos que no utilizan lenguaje verbal (y utilizan sistemas alternativos o aumentativos de comunicación u otros apoyos) hasta las que tienen habilidades lingüísticas fuidas, pero encuentran difcultades para establecer una conversación o una relación comunicativa efectiva. No olvidemos que todo es comunicación, hasta una mirada, un gesto o una sonrisa.
  8. «El TEA va asociado a discapacidad intelectual». FALSO. Al igual que el TEA aparece de manera diferente en cada persona, lo mismo sucede a nivel intelectual, si bien es una de las principales comorbilidades.
  9. «Las personas con TEA son superdotadas”. FALSO. Flaco favor han hecho los estereotipos presentados por películas y series al colectivo con autismo… Conocemos casos de personas con talentos, habilidades extraordinarios, pero tal y como sucede con otros aspectos dentro del espectro, es algo muy particular, que no depende del propio trastorno y representa una minoría. En muchos casos estas habilidades están relacionadas con los intereses específicos que les llevan a volcarse en ellos aprendiendo y desarrollando su conocimiento o habilidad por encima de la media.
  10. «Las personas con TEA son agresivas». FALSO. La agresividad no forma parte de las manifestaciones del autismo, y es otro de los mitos que dificultan la normalización social. Si se da alguna conducta inadecuada puede deberse a que la persona esté experimentando dificultades para autorregularse ante situaciones específicas (imprevisibles, inaccesibles, etc) y que le generen, por ejemplo un estado de enorme ansiedad o estrés. En estos casos hay que analizar qué ha podido desencadenarlo para trabajar en ello, realizar los ajustes y proporcionar los apoyos que sean necesarios.
  11. «El autismo se nota físicamente». FALSO. No existe ningún rasgo físico diferenciador en cuanto a apariencia. Lo que es observable son los comportamientos derivados de las posibles alteraciones a nivel conductual.
  12. «El autismo empeora con la edad«. FALSO. No es un trastorno degenerativo, por lo que no va a empeorar. Si empeoran las alteraciones conductuales si no se trabaja en ellas.
  13. «Las personas con TEA no son cariñosas» FALSO. Por supuesto que demuestran afecto pero pueden hacerlo de manera diferente o con distinta intensidad a la que esperamos desde nuestra experiencia neurotípica.
  14. «Las personas con TEA viven en su mundo».  FALSO.  Este es uno de los mitos más perpetuados. Todos vivimos en el mismo mundo, comencemos por ahí; un mundo en el que toda diversidad tiene -o debería tener- cabida. Las personas con TEA hacen un esfuerzo titánico para participar en él, tienen interés en relacionarse con los demás. Sin embargo pueden tener diferentes habilidades de interacción social, dificultades para desenvolverse en determinadas situaciones, problemas sensoriales para permanecer en algunos espacios…Si a eso sumamos un entorno que no fomenta la participación porque no comprende ni se adapta a sus necesidades y no es accesible, el aislamiento y el rechazo social están presentes de manera inevitable. Con los ajustes y apoyo necesarios se puede lograr la participación de cualquier persona a nivel social.
  15. «Las personas con TEA no miran a los ojos». FALSO. Por un lado dependerá del caso ya que como sabemos es un espectro muy heterogéneo y, por otro, los últimos estudios aportan al hecho de que simplemente pierden de vista la importancia social que esta interacción puede aportarles.

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Fuentes:

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