A menos de dos semanas del comienzo de las clases, tras hacer balance de nuestras vacaciones hemos llegado a la conclusión de que necesitamos plantearlas de una manera diferente. Ha sido un verano extraño, desaprovechado y agotador. Los niños son más mayores e independientes y las demandas de Rodrigo han variado, así que mantener la misma rutina como hasta ahora a la vista está que no nos ha funcionado. Así que hemos decidido, de cara al verano que viene que, además de visitar a la familia unos días, vamos a buscar un lugar que nos permita descansar al tiempo que podamos disfrutar juntos respetando las necesidades que la discapacidad del mayor nos establece. Y para ello no queda otra que organizarlas con tiempo.

Es bien sabido que las familias numerosas y concretamente las familias en las que existen personas con necesidades de apoyo disponemos de poco tiempo: trabajos, colegios, terapias, extraescolares, las gestiones del día a día y por supuesto, la economía. Así que un viaje de estas características debe cumplir con una serie de premisas: que agrupe las necesidades y deseos de todos a ser posible, que sea económico y, sobre todo, que nos dé la posibilidad de contratar un seguro de manera ágil -como los que ofrece Mondo dado que nunca sabemos si una crisis o cualquier circunstancia añadida puedan aparecer de manera imprevista y tengamos que suspender en ese momento cualquier desplazamiento.

Diréis que es prematuro, pero los que me conocéis sabéis que, si bien no hago planes a largo plazo, si soy metódica y organizada. Me gusta dejar las cosas preparadas en un cajón para que cuando llegue el momento, solo tenga que hacer las variaciones o modificaciones necesarias, sin tener que dedicar más tiempo del necesario. Y ahora que venimos «en caliente» es el momento de valorar aciertos y desaciertos para no repetir los mismos errores.

El seguro de viaje

¿Por qué empezar por aquí? Porque nuestra vida es CAMBIO, así, en mayúsculas. Cada vez que hacemos planes vamos de puntillas por si acaso. A veces no pasa nada, uno anula citas, demora entregas, pide días…pero contratar unas vacaciones son palabras mayores. Así que si, consideramos tener la opción de contar con un seguro de viaje temporal que nos de las garantías necesarias para que, en caso de imprevisto podamos estar tranquilos. Y con un niño con tantas necesidades como Rodrigo nunca se sabe

El Alojamiento

Considero que es fundamental que cada familia, antes de lanzarse a la búsqueda de sus vacaciones perfectas, valore las necesidades colectivas e individuales.

No es lo mismo ir sin hijos, que con un bebé, que con una tropa, que con un niño con autismo al que la excesiva estimulación le puede alterar.

Afortunadamente hay tantas opciones como familias: hoteles, apartamentos, hoteles todo incluido, caravanas, ir de camping…Tras darle muchas vueltas, en nuestro caso la opción que más nos convence es la de bungalows o experiencias similares.

Por la intimidad, porque Rodrigo tiene horarios intempestivos y por la libertad de horarios y poder tener la opción de comer fuera o cocinar en función de los ritmos que nos vayan marcando. Creo que sería lo más adaptativo para todos.

Por supuesto con piscina, la playa es algo que obviamos porque ni siquiera llegamos a un tercio del total los que estamos a favor de ella. Así que si, el complemento imprescindible e insustituible es tener una piscina en la que los mayores nos podamos turnar, mientras los niños se arrugan y agotan jugando. Y Rodrigo pueda entrar y salir a su antojo, ya que el agua es su elemento y no hay sitio donde sea más feliz.

Sería estupendo un entorno natural donde poder dar largos paseos sin que haya demasiada gente. ¡Caminar es otra de las actividades de nuestro día a día y sería estupendo poder seguir manteniéndola!

Y, puestos a soñar, que ofrezca actividades acuáticas, o cuente con un parque de este estilo, pueda montar a caballo…

La Maleta

Si de algo podemos hacer gala las madres es que la experiencia es un grado. Allá quedaron los tiempos en los que salíamos de casa con un equipaje que tardábamos una semana en deshacer. Es ley de vida: cuanto más mayores son los niños, menos utensilios necesitan y nos focalizamos básicamente en la ropa y el calzado.

En nuestra última salida de dos semanas tan solo llevamos una maleta grande, una mediana y una bolsa de viaje. Nada más. Para cinco y una perra.

Si os parece mucho, tendríais que habernos visto hace tres o cuatro años…

Hay que tener en cuenta que aquí incluimos los peluches de Rodrigo, su medicación y pañales de repuesto para los primeros días además de muchas mudas porque es frecuente que tenga escapes del pañal o se ensucie mucho comiendo.

Tenemos un pequeño neceser en el que meto los jarabes y blisters de medicación justo para los días que vamos a estar fuera. Así no cargamos con cajas.

El doblado vertical (ese descubrimiento que Orden y Limpieza me hizo para almacenar ropa), racionalizar la cantidad de puestas teniendo en cuenta que la mayor parte del tiempo lo pasan con ropa de baño y piscina, o toallas que ocupan espacio mínimo pueden hacer que el espacio se economice a unos límites insospechados. La práctica hace al monje dicen, y yo lo confirmo.

Además, los niños llevan cada uno una mochila que utilizan para guardar libros, juegos de mesa, consola…lo que quieran llevarse sabiendo que ahí debe caberles todo. Esas mismas mochilas son las que utilizan después cada uno para llevar a natación o al campamento sus cosas. Ya son responsables y eso también es un alivio para la tediosa tarea de organizar equipajes.

 

Al final la clave para que el descanso se haga extensivo a todos es:

– Respetar las necesidades y deseos tanto individuales como familiares

– Planificar las actividades de esos días para mantener cierta rutina en el día a día de Rodrigo, como la piscina, los paseos, los horarios de comida y la hora de dormir.

– Anticipar esas vacaciones y espacios nuevos con pictogramas y verbalmente días antes.

– Respetar sus tiempos

– Y dedicar tiempo a sus hermanos repartiéndonos si es necesario, tal y como venimos haciendo durante el resto del año en el día a día.

 

¿Cómo organizáis las vacaciones de verano, especialmente si hay peques con necesidades especiales? ¡Me encantaría conocer vuestra opinión!

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