Hace unas semanas un amigo de la infancia me hablaba de esta serie y sólo puedo que agradecérselo ad infinitum porque ha sido uno de los mejores regalos televisivos que me podía dar. Se trata de la serie Speechless, emitida en la actualidad por ABC family y de momento sin previsión de hacerlo en España (ninguna cadena ha confirmado su adquisición aún).
Se centra en la historia de la familia DiMeo, en la que el hijo mayor JJ, de 16 años tiene Parálisis cerebral.
No, ni por un momento penséis en un drama, ni en una serie de lágrima fácil, ante todo es una COMEDIA, así en mayúsculas, una comedia familiar y muy necesaria me atrevería a añadir.
Una sucesión de historias cotidianas hilarantes, chistes, situaciones que se presentan de una manera natural y que te hacen soltar carcajadas pero también emocionarte y verte sonriendo. Es además, un chute de energía positiva.
Una visión del mundo en la que la discapacidad está perfectamente integrada, sin forzar, sin victimismos, sin ofensas.
La familia vive constantemente apurada económicamente, ya que son muchos los gastos que supone darle la mejor calidad de vida a JJ. Deciden mudarse a un barrio muy caro (Orange County) a costa de vivir en la peor y más ruinosa casa del vecindario, ya que existe un instituto ordinario que quiere ser integrador a toda costa y les ofrece un auxiliar a tiempo completo para acompañar a JJ y hacerle de «voz».
Una madre (Minnie Driver) fuerte, enérgica, luchadora que busca ante todo la inclusión de su hijo (de manera excesiva y sí, algo sobreprotectora), un padre (John Ross Bowie) entrañable con una filosofía vital de dejarse llevar, unos hijos que comprenden la situación familiar pero también reivindican su espacio, su exclusividad, su papel como individuos con necesidades y no sólo ser «hermanos de», y un asistente que al final es parte indisoluble de su vida cotidiana.
El papel de JJ es interpretado por Micah Fowler, con parálisis cerebral en la vida real, aunque en menor grado, ya que sí puede hablar y mover los brazos, algo que en la serie tuvo que aprender a controlar puesto que su medio de comunicación es un tablero visual.
Se encuentra en plena adolescencia, con todo lo que implica a nivel emocional y hormonal. Le interesan las chicas, las fiestas, los grupos de amigos, las emociones fuertes…Se enfada, hacer cortes de manga con una mano, insulta, se cabrea y mucho, odia la condescencencia, la palmadita en el hombro, pero a su vez no deja de ser un DiMeo con lo que eso supone.
Es fantástico que se haya tenido en cuenta a un actor con diversidad funcional. ya que sólo 5% de los actores que interpretan a personajes con estas características la tienen.
Y además, es una serie necesaria y esperada, lo que sus más de 7 millones de espectadores que vieron su primer pase parecen indicar.
Estamos acostumbrados a la típica serie o película de superación, en el que la vida pone mil barreras a esa persona y que al final logra su objetivo tras mucho luchar. Con la figura de apoyo heróica y abnegada. Acabamos llorando de emoción y alegría, o de pena porque el final es trágico pero nos lleva a una gran lección vital y…todo eso.
Pues aquí no lo váis a encontrar.
Es la vida real. Sí, algo exagerada pero creo que muchos en situaciones concretas nos sentimos identificados.
Me encanta un momento determinado en el que Ray, el hermano mediano, está dando un discurso en el que debía hablar sobre un héroe que le inspirara y él mismo dice que su hermano no es ningún héroe para él, y menos una inspiración…Que siempre se lo han dado todo hecho sus padres (qué remedio, va en silla de ruedas y sin casi movilidad), desde pequeño le ha estado haciendo la puñeta, le decía que era adoptado, se aprovechaba, era un incordio…todo porque no quería ni mentir, ni ser condescendiente, ni ser esa palmadita en la espalda. Y la cara de JJ de satisfacción, asintiendo lo dice todo.
Es así.
La serie nos regala auténticos MOMENTAZOS:
«Voy a hablar con el cirujano. Si veo una sola cosa que no me gute, realizaré la operación yo misma. Es una promesa.»
«Hay todo un mundo lleno de personas que le van a decir lo que no puede hacer. Eso está ahí. Nuestro trabajo es decirle lo contrario»
«Te vas a lastimar. Pero no te vas a hacer daño por tener Parálisis cerebral, ¡¡sino porque estarás jugando al hockey!!!»
No todos somos héroes. Ni todas las personas con diversidad funcional son iguales. Ni los cuidadores lo somos.
La existencia misma nos define, nuestras propias historias. Y es muy gratificante ver series como estas, tan frescas. Y, desgraciadamente tan escasas.
Espero que podamos disfrutarla en España prontito.