Admiro y respeto a los profesionales de cada campo.
Personas formadas, dedicadas, y en ocasiones con una vocación tal que no conocen horarios y cuya entrega sobrepasa la humanización de su labor.
Pero en otras ocasiones, está la otra cara de la moneda.
Está ése o ésa que ocupa un puesto de trabajo, al que puedo denominar de muchas maneras excepto como profesional porque desde luego ni se lo ha ganado, ni su trato y atención merecen dicho calificativo.
Personas que no son conscientes del daño que pueden hacer con una praxis dejada, incoherente, poco o nada contrastada. Y que de haber comisiones éticas reales y eficientes, dejarían de ejercer y desempeñar su labor hasta obtener una buena dosis de reciclaje, de humildad o simplemente hasta que cambiasen de profesión, o cualquier cosa menos dedicarse a eso.

Cuando acudes al Pediatra, ya de forma rutinaria porque ves que tu hijo ha dejado de ser un percentil muy bajo para pasar a sospechar que tiene algún problema. Y que, aunque le dices que con un año no se sostiene recto, que no emite sonidos, que sigue chillando mucho por la noche, sigue manteniendo que los niños tienen su ritmo, a todo esto en dos minutos de consulta cronometrados. Cuando tras ser pesado y pesado te emite un volante para un EEG y un Cariotipo por un «posible retraso psicomotor», ya con 18 meses, como medio para quitarte de encima. A ese pediatra le diría yo hoy que mi hijo tiene un 65% de discapacidad intelectual y millones de problemas, y que desde luego sus avances no han sido gracias a él ni a sus orientaciones.

Cuando en pleno periplo de búsqueda de colegios, buscando una inexistente integración para tu mayor, la directora de uno de tantos te dice que no puede admitir tu solicitud porque al ser «minusválido» tendrán problemas con las medias. A esa señora le diría que se puede ir a la mierda, y que mi hijo es un ser excepcional que supera con creces cualquier estándar que ella pueda marcar, y no se lo merece aunque pudiera entrar algún día.

Cuando se trabaja con personas uno ha de entregarse. Si no te apetece, si no es lo tuyo, dedícate a ser tertuliano.
una vez, en medio de un dolor de apendicitis que no te puedes ni imaginar como dolia, me vino un aux de enfermeria y te dice que te aguantes, que eso duele mas que un parto y que tienes que aguantarte. Cuando estas tan mal, esperando durante cinco horas para una operacion que no llega porque el cirujano no ha llegado, esas cinco horas se convierten en 16 cuando entras vas medio muerta, que venga una señora a decirte eso? Pa darle de hostias. Cuando entras a una tienda de maquillaje y sales por donde has venido porque la dependiente tiene pocas ganas de vender… cuando vas a pedir una operacion de reduccion de pecho y se rien de tus problemas de espaldas y te dicen que eso con ibuprofeno se quita o cuando tu medico de cabecera te dice que la infeccion en la orina se cura sola, hay tanta gente en el paro y gente en puestos de trabajo tan poco competentes… asi nos va.
Es una vergüenza. COn tanto profesional ávido por dermostrar su valía, con vocación!! Y tener que encontrarnos estos…Un beso muy fuerte!
Tienes tanta razón… sigue luchando porque esa sonrisa de pillín siga brillando. Un besito.
Gracias! Sï es un pillín, sí. UN besote
Cuánto te entiendo…y todo se resume, siempre, a la falta de respeto y de empatía. Porque una persona respetuosa, nunca se dedicaría a una profesión para la que no está capacitada. Y porque una una persona empática, jamás menospreciaría el temor o dolor ajeno.
En fin, tantos para mandar a la mierda que al final no van a caber. Sumo al envío en lugar preferencial a nuestra primera neuropediatra, que no supo detectar (ni hacer pruebas como RM) la parálisis cerebral de mi hijo, y me dijo que su retraso motor era debido a que yo lo llevaba en brazos y le daba la teta.
Siempre nos quedará la meditación, ommm
Madre mía, cuánta razón.