Hace unas semanas recibía un mensaje de whatssap que me dejó, cómo decirlo, descolocada. Esa es la palabra.
La mamá de un compañero de clase de mi 7, nos invitaba a un cumpleaños, nuestro primer cumpleaños «especial«.
Una mezcla de nervios y emoción me recorrieron el cuerpo, y me vi a mí misma poniendo cientos de excusas tratando de encontrar la manera de evitar el tener que presentarme allí. ¿Por qué? Por sacar al niño de su entorno con lo que eso conlleva de estrés ante lo no anticipado y no controlado, y lo mal que él puede llegar a pasarlo.
No dejaba de pensar en que el niño del cumpleaños y sus otros dos compañeros también estaban afectados y mucho. ¿Por qué eso no me tranquilizaba?
Y en ese momento descubrí que lo que me frenaba era el miedo. A sus reacciones, a los lugares desconocidos para él, a la inclusión con otros niños, incluso siendo niños de características similares.
Madre mía, ¡miedo, a estas alturas!
Pensé que lo tenía todo superado. Que el tiempo había ayudado a integrar nuestra dinámica familiar en un entorno lo más normalizado dentro de nuestras posibilidades. Y de verdad aún creo que lo hemos hecho lo mejor posible, y que hemos aprendido a saber gestionar sus emociones de manera bastante efectiva, dosificando nuevas experiencias, realizando anticipaciones y aproximaciones. Pero, de alguna manera, a nivel inconsciente no ha sido así del todo. Hay momentos, entornos, situaciones en las que hemos tomado atajos, hemos evitado la confrontación. Y lo peor es que ahora me doy cuenta de que es posible que lo hayamos hecho por nosotros mismos.
Nunca se me hubiera ocurrido celebrar su cumpleaños con los compañeros de clase. Nunca.
Y lo digo así, sin paños calientes.
Y lo digo así, sin paños calientes.
El hecho de que haya nacido a finales de año y coincida con vacaciones escolares también ha influido en no tener que planteárnoslo en serio nunca. Pero ni en serio ni en broma. Sí lo celebramos con una tarta (que el chocolate le pierde, y encima de que no puede tomarlo, al menos ese día que se ponga tibio, faltaría más), sus velitas y como mucho tíos, primos o el familiar de turno que ande por ahí, si estamos en Madrid o de vacaciones en Benidorm. Pero algo sencillo, sin más pretensiones que el hecho de que sea consciente de que hay una celebración que es suya, solo suya y de que están ahí por él.
Pero, ir a un espacio desconocido, con más niños como él, con las especificidades y peculiaridades de cada uno, pensando en lo mal que lo iban a pasar con el exceso de estímulos visuales y auditivos…qué va, ni por asomo.
Y ahora me pregunto yo, ¿y por qué no se me ha ocurrido nunca pensar en lo bien que se lo podrían llegar a pasar? En que una piscina de bolas, un tobogán, una cama elástica pueden ser tan divertidos, o más incluso, dado el componente vestibular que parece ser les chifla a todos por igual.
Pues no, nunca lo pensé así.
Si esta madre, tan implicada, concienciada, incansable por conseguir una inclusión efectiva y real tiene esa serie de prejuicios, podréis imaginaros el resto de la sociedad que no está en el pellejo de una y no tiene ni idea de lo que puede ser el día a día de unos padres de niños con capacidades diferentes.
Cuando llegamos al cumpleaños, el de 7 estuvo unos minutos procesando primero el ambiente y después a sus compañeros. Tuvo que contextualizarlos -era la primera vez que los veía fuera del colegio-, y, en cuanto se ubicó se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja que no desapareció hasta que nos fuimos.
No sabe saltar y es verdad que estaba agobiado con tanto niño, pero se quedó sentado riendo, observando, pidiendo de vez en cuando entrar en el tobogán e interactuar con amigos o con sus hermanos, que también fueron invitados…y, una fiesta en la que pensábamos no iba a durar más de media hora, se alargó hasta la hora casi de la cena, sin tener que preocuparnos más que de darle de merendar y de proporcionarle una buena dosis de tarta de chocolate.
Disfrutó y nosotros con él. Por haber compartido un momento suyo. Porque eran sus compañeros.
Por eso he de agradecer a la mamá de Oliver el haberme dado la oportunidad de ir, de vivir ese día, con todos mis miedos. Y de darme una lección de lo que significa de verdad la inclusión.
Momentos así te deben hacer replantearte formas de actuar que muchas veces damos por válidas.
Debemos perder el miedo para lograrlo y tener mente abierta y confiar, sobre todo confiar en nuestros niños, que, la verdad, no dejan de enseñarnos lecciones ni un sólo día.
Debemos perder el miedo para lograrlo y tener mente abierta y confiar, sobre todo confiar en nuestros niños, que, la verdad, no dejan de enseñarnos lecciones ni un sólo día.
Tienes mucha razón, y es que a veces anticipamos lo que puede pasar y evitamos hacer cosas que se desarrollarían de una forma diferente a la que pensamos. Pero me alegro mucho que la fiesta fuera estuendisima y fuese una barrera superada más en esa carrera de obstáculos que día a día llevaís tu y tu familia!!! Besos
Es verdad. Hay ocasiones en las que los padres, en este caso, y las personas en general en muchas facetas de nuestra vida, nos ponemos nuestros propios obstáculos, impidiendo nuestro crecimiento. Me alegra mucho haber dado el paso. Parece una tontería, pero estaba realmente nerviosa por no saber cómo se iba a portar y cómo iba a estar. Al final, la única preocupada fui yo. Una poderosa lección. Muchas gracias por tus palabras y un beso!
Pues que bien, un paso más y una barrera superada. Muchas veces nosotros frenamos a nuestros hijos, sean niños con necesidades especiales o no, por miedos que tenemos nosotros.
Me ha encantado saber que pudisteis compartir con él algo así. Un besín.
Las limitaciones las imponemos nosotros mismos. Sobreprotección supongo. Y de verdad creía que mi hijo no lo estaba, en serio. A veces las situaciones más cotidianas son las que de repente te encienden la lucecita y te ponen las pilas. Un beso muy grande Gema
Pero que bien!!!!!
Es normal tener miedos y más aún a situaciones desconocidas. Pero por suerte la mayoría de las veces, cuando decidimos enfrentarnos al miedo la cosa no sale tan mal como uno pensaba. Incluso te hace pensar "¿por qué no me habría animado yo antes"?
Me alegro tanto de que esta primera vez haya sido tan estupenda! Ahora a disfrutar de los eventos que vengan! Que cómo Rodri salga a su madre, no se va a perder un sarao! Jajaja.
Un besote guapa.
Fíjate que ya estoy pensando en celebrar el suyo en diciembre, en una ciudad nueva con compañeros nuevos!! Ha sido como una carga completa de batería, una inyección.
Estos niños saben y pueden más de lo que nos demuestran y de lo que nos imaginamos.
Un beso y a ver si nos vemos en otra ocasión!
Me alegro mucho de que vencieras tus miedos y tu siete disfrutara del cumpleaños.
Besos
Ahora a lo mejor te animas a celebrar el suyo
Síii, se lo decía a Olga, que ya estaba yo rumiando la posibilidad de hacerlo, y aún quedan 7 meses largos!!
Cualquiera desde fuera puede pensar que es una tontería esto del cumpleaños, pero sacar de la rutina a estos niños es todauna experiencia, no siempre positiva. Y una vez más me ha demostrado que puede.
Un beso fuerte!!
Bravo, guapa! El miedo es normal, siempre. Lo bueno de ser como sois de luchadores es q podéis con él. Y ese miedo lo superásteis el otro día. Ahora ¡a x otro reto! Me encanta la cara de felicidad de tu peque :). Mil besos
Se lo pasó muy bien, escuchando, observando, y comiendo tarta. Ahí le ha salido a la madre, ¿ves? 🙂
De algo tan cotidiano y trivial, sacamos una experiencia muy muy positiva. Yo llegué a casa destrozada, con un bajón físico por el estado de nervios previo…Caí rendida y él tres cuartos de lo mismo.
Como tu dices, a por otro reto, claro que sí.
Un beso muy fuerte Nessa
Ole guapa! Primera fiesta de tu mayor superada, ahora tendrás mas confianza para asistir a las siguientes que no debe ser moco de pavo. Tu peque se veía súper feliz que bueno que te animaste! Y normal que tengas miedo, yo estoy organizando el primer cumple de MiniMoi con peques de la guarde y también estoy un poco asustada desde que no venga nadie hasta de que se diviertan! Valiente ganadora!!!!
Pues sí. Piensas que no pueden tener amigos porque ninguno se comunica verbalmente, pero ellos tienen su propia forma de interactuar y de disfrutar de su compañía.
Espero celebrarlo este año, o al menos tener la oportunidad…y de afrontar más aventuras.
Yo celebré el cumple del pequeño por primera vez este año, y fue genial
Ya verás qué bien lo pasan.
Un beso muy fuerte
A mí me sucedió nada más empezar el curso. Nos invitaron a un cumple de una niña normoyente y me sentó muy mal la invitación, pues por aquel entonces, mi hijo ni hablaba ni se relacionaba con sus compañeros. Creo que ni siquiera era consciente de lo que era un cumpleaños y temía un poco, más bien mucho, que el resto de padres descubriera sus extraños juegos y su independencia social. Acepté porque si quería que se relacionase con niños, debía hacerlo y, como el tuyo, me dio jna lección que no olvido. Jugó solo, sí, mucho, pero también anduvo detrás de sus compañeros imitando sus juegos, socializando a su manera y no tuvo ninguna salida rara a los ojos de un extraño, porque no se aburrió y estuvo entretenido y divertido hasta el final. Desde ese día, no nos perdemos ningún cumple.
Pues cuanto me alegro que saliera todo bien y que derribarais una barrera muy importante. A veces sobreprotegemos a los hijos, pensando que no están preparados para cosas que sí lo están. Y eso creo que no sólo pasa a las madres con niños con diferentes capacidades, sino a una gran mayoría de madres. Por suerte, nuestros hijos pueden enseñarnos mucho.
Besos!
A mi todavia me queda para estas cosas pero este blog me va a servir como psicologo jaja
Me ha gustado muchísimo la entrada y enhorabuena por la madre que eres, y por aún tener miedo, apartarlo 🙂 me alegro que disfrutarais todos tanto! Besos
He trabajado con personas con "problemas de capacidad" físicos y/o psíquicos y además, tengo un primo con "problemas" similares. Las personas que se consideran "normales" tienden a pensar que esos "problemas de capacidad" les impiden hacer las cosas con normalidad.
No-es-así.
Una persona es capaz de todo lo que se proponga. Pero todos tenemos límites. No podemos juzgar a un pez porque no puede trepar a un árbol.
Me alegra que descubrieras las puertas que abre la integración social. Todos pasamos por ahí hasta descubrirlo.
Enhorabuena por tu labor y tu forma de afrontar las cosas! Me ha encantado conocer vuestro blog y vuestras historias. Felicidades por vuestra experiencia y por daros la oportunidad!! Un abrazo fuerte!
No lo habia leido me alegro que te decidieras y vinieseis. Este año tambien lo hemos celebrado y os hemos echado de menos. Bssssss para todos.
No lo habia leido me alegro que te decidieras y vinieseis. Este año tambien lo hemos celebrado y os hemos echado de menos. Bssssss para todos.