
Hoy voy a hablaros de Vadim el pirata, la primera obra de Raquel Acosta, en el que el cáncer infantil se aborda con muchísima imaginación a través de su protagonista, Vadim, de 4 años, un pequeño que «no tiene pelo y a veces debe pasar largas temporadas en el hospital».
«Hace ya unos 5 años decidí huir de España y me fui a Francia a trabajar como Au Pair. Me puse a buscar familias por internet y encontré en un barrio muy cerca de París, una familia formada por una mamá soltera, un nene de 3 añitos y un perro. Me encantó la familia. Intercambiamos unos emails para conocernos y la mamá me comentó que el niño tenía cáncer y que si decidía ser su Au Pair tenía que estar preparada para pasar muchas horas en el hospital con él.
No te voy a mentir, cuando me dijo esto pensé en descartar esta familia, yo jamás había cuidado a un niño y encima si el niño estaba malito no sabía si era una buena idea irme con ellos… ¿Qué pasó? Que hablé con mi madre y las madres ya sabes lo sabias que son. Me dijo que nada de seguir buscando, que esa familia estaba claro que necesitaba mi ayuda y que un niño especial me iba a enseñar muchas más cosas que un niño sin ningún tipo de problema. Y qué razón tienen las madres…
Al final me quedé con ellos y tengo que reconocer que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, muy dura, eso sí, pero he aprendido mucho y he madurado.
El niño efectivamente pasaba largas temporadas en el hospital y yo me turnaba con la mamá para hacerle compañía. Con la familia genial, yo era una más. El niño me quería mucho, el perro dormía a veces conmigo y la madre encantada con el trabajo que hacía con su hijo. He oído muchas historias de chicas que trabajan como au pair en familias de clase alta y son tratadas como empleadas. Yo vivía con la familia en un piso pequeño, en un barrio modesto de las afueras de París, y era una más.
He aprendido mucho, los niños son muy fuertes, se enfrentan a los problemas con una sonrisa y con esa inocencia que tienen que los mayores hemos perdido ya. La historia tiene un final feliz. Vadim (sí, se llama igual que el prota del cuento), ahora tiene 8 años y ha superado la enfermedad.
¿Por qué se me ocurrió escribir este cuento? Prácticamente el niño me lo dictó. El mérito es de Vadim, que me mostró su historia.
Pensé que un cuento así podría ayudar a muchos niños, a niños como Vadim que están en un hospital, pero también a niños que en su cole tienen un compañero malito, o un familiar, para que entiendan un poco mejor lo que ocurre. El libro está pensado para ser una herramienta para los papás o los profes, para que les expliquen esta enfermedad a los peques de una manera divertida y sencilla.
Estuve viviendo con Vadim y su mamá unos 10 meses, lo que dura el curso escolar. Y luego decidí quedarme en París otro año más. Cuando me volví a España, hace ya casi 3 años, empecé a valorar la idea de escribir. Una tarde, del tirón, escribí el cuento y unos días después hablé con Adrián Fuentes, el ilustrador del cuento y también mi primo. Le conté mi idea, le pasé el cuento y le encantó el proyecto. Es cierto que en hacer los dibujos ha tardado un poco más que yo en escribir el cuento, pero cuando ya estuvo listo comenzamos la tediosa tarea de buscar editorial… Al final Sar Alejandría, una editorial pequeña pero que esperemos que siga creciendo junto a nosotros, se interesó por el proyecto»

Que preciosidad de libro <3 <3 <3
la historia que está detrás me ha dejado con la piel de gallina
Difícil decisión la de Raquel, uf, ¿quién no sentiría miedo? Como dices, tristemente nos topamos con alguien que oadece cáncer y los peques han de saber que es una enfermedad que existe y que puede curarse. Qué importante es expresar eso, ¡que mucha gente se cura! Gracias por mostrarnos este cuento, tocaya.
Que historia tan bonita. Entrar en la vida de una familia así tiene mucho mérito, los niños enfermos de cancer dan miedo. Porque nos recuerda lo frágiles que somos y lo valientes que podríamos ser sin ese miedo. Bravo por Raquel y por Vadim 🙂
¡Gracias por los comentarios! La verdad es que fue una experiencia dura pero preciosa. En ningún momento me arrepentí de haber elegido a aquella familia. De hecho sigo en contacto con ellos. La mamá ya sabe que hay un cuento de su hijo por España y está super contenta. Ya me ha dicho que lo tengo que traducir a francés.
Qué historia más bonita. Gracias Vanesa por darla a conocer y gracias a Raquel por escribir el libro y contarla. Me alegro que el peque haya superado el cáncer.
También tengo este cuento y me encanta! Hoy mismo lo he utilizado para con cuentacuentos y a los niños les encantó. 🙂