El Universo de las series animadas infantiles se expande día a día. La oferta se amplía con cada temporada, sumando nuevas historias a todas las anteriores. Si a esto añadimos la cantidad de canales disponibles en platataformas digitales, puede ser una auténtica locura.
Cuando comenzamos nuestra aventura como papás todos tenemos claro qué series sí les vamos a presentar a nuestros bebés e infantes, nos gusten más o menos, por su carácter educativo, su inocencia, su estética…
Baby Tv, Peppa Pig, la odiada y amada Patrulla Canina, Bubble Guppies, Caillou, Dora, Mickey Mouse y un largo etc…
Pero, conforme los niños van creciendo, van dejando atrás esa inocencia y buscan algo más motivante, otros intereses. Es en ese momento cuando hay que estar realmente atentos.

Las parrillas de los distintos canales son un auténtico despropósito, mezclando emisiones destinadas a públicos objetivo muy diferentes en breves intervalos de tiempo, con el riesgo que ello conlleva. El resultado es que los más pequeños al final se acaban sintiendo atraídos por los dibujos de los más mayores que, a veces, tampoco son adecuados para esas edades.
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La Ley Audiovisual de 2010 establece un horario de protección reforzada que va de 8:00 a 9:00 y de 17:00 a 20:00 de lunes a viernes, y de 9:00 a 12:00 los fines de semana. Sin entrar en valoraciones de la pertinencia o no, a todas luces insuficiente los fines de semana para mi criterio, y el hecho de que las televisiones se pasen por el forro estas limitaciones (ya sabemos que pagar una multa les compensa dado todo lo que facturan emitiendo e incumpliendo), no sólo no se cumplen muchas veces sino que además muchos dibujos no están correctamente catalogados.

Todo es cuestión de Marketing, de estudios, de atracción de público potencial, de target, palabros que a mí me suenan a dinerito fresco y no a responsabilidad, por ello, como padres tenemos la obligación de supervisar, no sólo cuánta televisión ven nuestros hijos, sino qué ven en ese rato de ocio audiovisual.

Yo, hasta ahora, he tenido muy claro qué series no vería mi hija: Violetta, Monster High, Winx o Barbie. En su día se lo expliqué, no tenía edad y no le supuso ningún trauma. NO podía entender como madre, que sus compañeras con 3 años se supieran de memoria estas series, reprodujesen  en el recreo los diálogos, jugando a los novios que rompen, a las bruja que matan, a la muerte que les acecha, etc.

Con el pequeño, exactamente lo mismo.
«Leer un libro infantil es una tontería mami»
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Esa frase me la soltó un día a bocajarro. Averigüe que la había escuchado en Historias corrientes, emitida en Boing. Estábamos de vacaciones en casa de mi madre y el descontrol de los meses de verano ya se sabe…también se hizo extensivo a esta supervisión. Un día me senté con ellos a ver esos dibujos y quedé horrorizada. Dos «seres» de veintipico años, con diálogos soeces, historias macabras y macarras, al alcance de cualquiera, y eran las ocho de la tarde de un mes de agosto.  Ni que decir tiene que nunca más, de momento.
Historias Corrientes, El Asombroso mundo de Gumball. Steven Universe, Hora de aventuras, Las macabras aventuras de Bill y Mandy…series no recomendadas para menores de ocho años que a mis hijos les chifla y que yo, hoy por hoy, no encuentro adecuadas. He de decir que algunas de ellas, como Hora de aventuras me encantan, así como Gumball. Esa irreverencia y disfuncionalidad me enganchan y me reconozco viéndolas a veces sola en casa.
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Sé que los niños no miran con los mismos ojos que los adultos, y que la percepción es diferente. 
Sé que mi hija no va a esperar ver monstruos en el colegio si sigue Monster High, ni se van a creer que un buen día un pez se va a humanizar y dejar de ser una mascota para convertirse en un miembro de la familia como en Gumball. Sé que muchos de los mensajes no los van a captar, pero sé que otros aspectos sí van a calar, como los estereotipos, las imágenes de violencia gratuitas, insultos, etc…
No creo que sea tanto cuestión de prohibir sino de de valorar qué contenido es más adecuado y qué valores les ofrece. Está claro que no podemos aislarlos del mundo. La mediana está a un par de meses de cumplir los 7 años y ya sé que su capacidad de comprensión y su manera de ver y entender y asimilar va cambiando, por lo que su madurez también. Sé que ese Caillou, Dora, La Magia de Cloe se van quedando atrás, pero no por ello, ha de tener carta blanca para seguir cualquier cosa.
Hoy por hoy, el canal Boing en mi casa es casi tabú. Pero eso no quiere decir que lo sea siempre.
Me gusta saber qué ven, y lo veo con ellos las primeras veces.
Lo que no me gusta es que mis hijos imiten patrones no adecuados a su edad porque unos dibujos lo han presentado como algo normal.
Cuestión de sentido común.

Cada casa es un mundo, cada padre educa según sus criterios y sus creencias. 
Yo, por lo pronto procuro seguir las recomendaciones de edad primero y después «probar el producto», ver si me gusta y mis sentimientos al respecto. Y les pregunto a mis hijos qué han entendido y qué les ha gustado, para que mi capacidad de decisión sea lo más aséptica y objetiva posible.
Podemos encontrar en la red guías de edades, por si queremos tener más información.
¿Y tú? ¿Qué series no crees adecuadas para tus hijos

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