Mundomar, alternativa de ocio familiar accesible y referente en delfinoterapia.

«Antes del inicio de cada sesión, existe un conocimiento de cada niño, no sólo de carácter personal sino también médico. Las familias presentan, bajo solicitud del especialista, un informe médico que detalla las características particulares de cada caso, porque cada caso es diferente y como tal debe ser tratado.

La experiencia en el desarrollo de esta actividad y las opiniones de diferentes profesionales, nos han ayudado a establecer una media de sesiones idóneas para cada niño.

Cuando iniciamos la actividad los niños participaban dos días por semana, repitiéndose en semanas sucesivas. Finalmente optamos por que cada niño recibiera un programa de interacción de seis días continuos de duración.

Los programas son individuales, comienzan los lunes y finalizan los sábados y tienen una duración de 30 minutos.

A las familias se les aconseja tomar fotografías o grabar los programas, a fin de que a su término puedan mostrar las imágenes al niño que tendrá en su recuerdo los momentos pasados junto a los delfines. Nuestro deseo es que una vez vívida la experiencia cada niño tenga la opción de repetir la misma pasado un periodo de tiempo»

Las terapias tienen una duración e intensidad específicas, según las necesidades de los niños. El contacto con los delfines, los juegos, los sonidos…generan un efecto positivo incuestionable.
 

Hace unos añitos tuvimos la INMENSA suerte de que Rodrigo pudiera tener una experiencia con uno de estos mamíferos. Fue toda una sorpresa y nos pilló sin ropa de cambio ni nada. Nos lo llevamos empapado a casa pero con una sonrisa suya inmensa y un subidón nuestro que aún hoy, viendo las fotos, nos emociona.
 

El primer contacto fue de evitación, que no rechazo. Después dio lugar a una explosión emocional acompañada de chapoteos sin control y gritos, algo que siempre que se mete en el agua se produce. Con tiempo y, sobretodo la paciencia infinita de la profesional que lo acompañaba, se fue dejando guiar y acariciar hasta que la energía desbocada fue dando paso al relax y a la búsqueda de interacción. Todo esto muy sorprendente teniendo en cuenta que la interacción duraría unos 20 minutos no más. ¿Os podéis imaginar toda una serie de sesiones?

No sé qué tienen estos preciosos animales, pero despiertan todo tipo de emociones y, si sumamos el medio acuático, medio en el que mi hijo se siente totalmente integrado, el resultado no puede ser otro que maravilloso.

Actualmente trabajan con numerosas asociaciones a lo largo y ancho de España y es tal la calidad y eficacia de las terapias que han traspasado fronteras. Si queréis solicitar más información tenéis que llamar al teléfono 96 586 9101 o bien escribir un email a fundacion-aqualandia@mundomar.es.

 

NUESTRA EXPERIENCIA.

Como os he comentado, ya son varias las temporadas que lo hemos visitado y es que es un lugar muy cómodo para ir con Rodrigo, tanto por sus dimensiones como por su distribución.
 

¡Uy! Perdonadme, para los que no lo sepáis, mi hijo mayor tiene un cuadro sindrómico en el que, entre otras cosas, se caracteriza por un Autismo severo, discapacidad intelectual severa y epilepsia. Es por esto que cuidamos mucho las visitas, las estancias, el cuándo, el dónde…

Nosotros acostumbramos a hacer visitas en turno de tarde. Comemos pronto en casa y llegamos para poder disfrutar de los espectáculos y actividades a primera hora. Rodrigo, como muchos niños dentro del trastorno del espectro Autista, no gestionan las colas, ni el exceso de estímulos visuales y auditivos, así que nos ahorramos multitudes y entramos normalmente sin esperas. Como ya conoce el parque no suele llevar la visita mal del todo, aunque siempre hay que ir anticipando y explicando ya que las crisis sensoriales son una constante.
 

Una recomendación-guiño desde aquí, que estoy segura sería genialosa y muy aplaudida, sería  incluir pictogramas en las diferentes zonas y estancias del parque.

 

Aunque en los shows es cierto y verdad que existe muchísimo estrés auditivo y visual, la música de los mismos hace que de alguna manera sea una actividad tolerable.

Respecto a los animales, cada vez le interesan más y él busca asomarse a los diferentes hábitats curioso…

Nos adaptamos a su ritmo. Si lo vemos excesivamente agitado, nervioso, excitado…vamos a la zona infantil o nos sentamos. Si se le pasa continuamos, y si no regresamos a casa.

 
Al final el ocio se trata precisamente de esto, de adaptarlo a las necesidades de cada uno, y lo realmente importante es la calidad de esa experiencia, ¿no creéis?
 

Como conclusión: si buscáis una actividad de ocio familiar, en la que todos tengan cabida, niños, padres, abuelos, personas con y sin discapacidad, Mundomar puede ser un plan perfecto dado que está más que de sobra preparado para ofrecer una experiencia integral sin barreras ni limitaciones.
 

NOTA: si necesitáis un análisis completo de accesibilidad, lo encontraréis en esta página de Tour4all.