En este contexto cabe hablar del «Efecto Matilda» como un prejuicio en contra de reconocer los logros de las mujeres científicas, trabajo a menudo atribuído a sus colegas masculinos. Se relaciona con el efecto Mateo, por el cual un científico eminente a menudo obtiene más crédito que un investigador comparativamente desconocido, incluso si su trabajo es compartido o similar.
Psicología: carrera ¿de mujeres?
A priori SÍ.
A lo largo de mis años de estudiante he tenido que escuchar constantemente frases del tipo «es una carrera de mujeres«, infravalorando sus contenidos y una importancia que cada vez más se ha ido demostrando tiene dentro del ámbito de las disciplinas sanitarias.
De hecho, ya antes de tomar la decisión de decantarme por esta formación mis padres, a pesar de haberme dado libertad siempre, la matizaban con la típica apostilla de «Sí, pero…«. Sí pero… porqué no haces empresariales, o sí pero porqué no estudias derecho, si estudias psicología hazlo dentro de la rama de RRHH, área tradicionalmente menos»femenina«… Todo un clamor a los estereotipos y creencias de género…
Actualmente existen unas 12.000 personas estudiando el grado de psicología en alguna de las 52 facultades españolas. De estas aproximadamente un 75% son mujeres (en algunos centros se eleva al 80%).
Cuando hablamos de puestos de máxima responsabilidad dentro del ámbito universitario, el decanato en los departamentos ha dejado de ser territorio masculino. He visto su evolución a lo largo de estos 25 años. No así el rectorado.
Fuente: Cadena Ser |
Me decidí a presentarme por el conocimiento que tengo de la universidad, por mi experiencia y porque ese conocimiento y experiencia me dan una idea clara de los retos que tiene que afrontar este campus (…) Sí tengo que decir que no había notado esa sensación de techo de cristal o, en ocasiones de hormigón, hasta la campaña electoral. No lo sentí cuando me presenté a decana [de la Facultad de Psicología de Valencia] y tampoco cuando accedí a la cátedra y competí con otros compañeros y compañeras; pero esta vez si ha habido momentos y comentarios donde me he encontrado con dificultades por ser mujer.(…) Comentarios del estilo: ‘¿Quieres ser rectora por ser mujer?’, a lo que yo respondía: ‘No, pero lo que no quiero es que dejéis de votarme por ser una mujer’. Quiero ser rectora porque soy capaz de desarrollar un programa, porque cuento con un buen equipo, porque tengo experiencia en la universidad y porque me siento capaz de hacerlo. Planteo un programa, una experiencia y un equipo, todo ello liderado por una mujer. Eso no puede ser negativo. También he tenido personas que me han apoyado no por ser mujer solo sino por ser esta mujer, con todo lo que llevo detrás.(…)Uno de los problemas más comunes para las mujeres en el mundo universitario es el proceso para acreditarse a profesora titular o catedrática. Hay un momento en el que las mujeres nos retrasamos en conseguir la acreditación que en algunos casos coincide con la crianza de los hijos. No se publica de la misma manera ni se investiga igual cuando tienes a tus hijos. Pensamos plantear políticas de igualdad y este será un tema a reivindicar»
Según un estudio realizado en 2014 por la universidad de Deusto para el XI Foro Internacional sobre la evaluación de la calidad de la investigación y la educación superior:
Poco a poco nos vamos concienciando todos sobre este tema. creo sincermamente que el mundo está evolucionando.
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