En #HoyLeemos traigo un libro pequeño, muy pequeño. Pero enorme, por su contenido, su simbolismo, su trayectoria y su historia.
Muchos seguramente ya lo conoceréis, se trata de «Pequeño azul y Pequeño amarillo«, de Leo Lionni (editorial Kalandraka), un cuento sobre diversidad y aceptación.
Este cuento, que vio la luz en 1959, es un clásico que no deja de estar vigente por su sencillez tanto a nivel narrativo como a nivel ilustración.
Con unos simples recortes de papel, unas manchas de colores, se nos presenta una historia a la que cada uno de nosotros le confiere cuerpo, rostro, escenario…sin más detalles, rostros, líneas que delimiten la acción…es lo asombroso.
Nos presenta a dos amigos, Pequeño azul y Pequeño amarillo . Son vecinos y amigos. Van al parque juntos, juegan juntos, ríen juntos…y un buen día jugando jugando acaban abrazados y se convierten en Pequeño Verde.
¿Qué ocurre entonces? ¡Que sus papás no los reconocen! Pero, ¡si siguen siendo niños que juegan, que ríen!! No será hasta que otro abrazo les abra los ojos a los mayores y descubran que debajo de ese otro color seguían siendo sus pequeños.
Uno de los grandes regalos que nos trae este cuento, es las mil posibilidades a nivel imaginativo que
nos ofrece. No hablo solo de la narración, de las ilustraciones, sino de poder, mediante unos pocos recortes, simular la historia con los niños, inventar nuevas tramas, darle giros al argumento, porque no se necesita nada más.
Al tiempo, irán aprendiendo como al final todos son colores, algunos más claros, más oscuros, más opacos, más brillantes, pero colores al fin y al cabo, con la moraleja y el aprendizaje que de ello se puede desprender.
Se me ocurren muchísimas actividades con témperas, con plastilina, recortes…para acompañar la lectura con muchísima imaginación ¿no os parece?
Fijate con qué elementos tan sencillos como son manchas de pintura se puede contar una hitoria tan preciosa
Qué bonito!!! No lo conocía. Al final lo sencillo es lo que más nos llega!!!! Gracias por compartirlo