Estos días ando liadísima, más de lo normal, con gestiones que por algún motivo, desde que tuve hijos asumí yo. Hablo de las escolarizaciones y todo lo que envuelve la pesadilla en la que se acaba convirtiendo ese proceso.
Dado que tenemos a la vista un traslado inminente, me toca buscar colegios en una ciudad en la que no estamos empadronados, en la que no sabemos en qué zona vamos a vivir y en la que no hay plazas libres para las edades que solicito. Entenderéis que ande un pelín angustiada.
Como a la empresa de mi señor maridín todo esto le importa más bien poco, somos habitualmente las «mujeres de» las que nos encargamos de estos menesteres. Y aquí me tienes, dejando teléfonos sin batería y quemando teclados, llamando a antiguos conocidos, amigos y no tan amigos para que traten de facilitarme una labor que he de realizar a 600 km de distancia de nuestra próxima residencia.

En un momento de este proceso recibí la llamada de una amiguísima preguntándome con quién había hablado, que le habían dicho que «la mujer de» se había puesto en contacto con todo el mundo y que su caso estaba rodando por la ciudad.
Y no sabéis cómo me molesta que no me pongan nombre y apellidos. Porque en mis llamadas y en mis mensajes los datos que aparecían eran los míos. Y aunque el que vaya destinado allí sea él, aunque su puesto tenga cierta responsabilidad, soy yo la que ha estado realizando las gestiones, como ser individual e independiente.
Nunca me ha gustado la apostilla de «Señora de, o mujer de». Al principio me hacía gracia, como una anécdota, especialmente cuando era bastante más joven, o empezaba a dejarme ver con el que entonces era mi novio o recién estrenado marido.
Con el tiempo ha dejado de hacerme tanta gracia. Cada vez que alguien emplea ese título me siento borrosa, un paso por detrás de él, incluso subordinada.
Yo no soy señora de nadie.
Soy una mujer preparada, inteligente, capaz. Si ahora no trabajo fuera de casa creedme, no es por gusto. En un momento fue una opción de vida, ahora es casi un imperativo social. Pero no tiro la toalla. Me estoy reinventando, estoy trabajando muy duro para tener una segunda oportunidad, porque con 40 años aún tengo mucha guerra por dar.
Hay aspectos de nuestra convivencia en las que preferimos que él sea la voz cantante. No es por hacer gala de machismos típicos, pero la mayoría de las chapuzas típicas casi mejor que las solucione personalmente. Sin embargo he de decir que cuando la necesidad aprieta, una se las ingenia para solucionar lo que se va presentando. Es así. Por otro lado, las cuestiones económicas son cosa mía: cuentas, pagos, declaraciones de renta, hipotecas…
Y así vamos, repartiendo tareas.
No sólo soy esa mujer que cuando se arregla es hasta resultona, que va al lado a algún acto como una figurante de serie cualquiera.
Soy una persona que actúa por sí misma, que si se siente obligada a ir a algún lado y no le apetece tiene la mala leche en el rostro durante horas. Que si, por otro lado tiene ganas, está encantada de la vida y disfruta socializando.
Que pienso, sueño, anhelo y me deprimo a partes iguales, yo sola. Sin compañía ni necesidad de pedir aprobación.
Y que cada vez que le saquen el tema de los colegios va a reivindicar su papel (aunque sea un tema tonto, sin más trascendencia, que no he salvado vida alguna). Porque sí.
Me quedan muchos momentos de «Señora de». Es inevitable, pero por dentro respiraré hondo sabiendo que casi casi » El señor de» es él. Y si no tiempo al tiempo.
A mi también me molesta esa frasecita.. Tenemos nombre y apellidos leñe! Gran post! Te admiro por lo luchadora que eres, no te rindas nunca! Feliz finde, besos!
Lo primero de todo OLE TÚ vamos ole ole y ole, porque yo he sufrido (y sigo en proceso de sufrir) el tema colegio cuando lo tengo al lado, así que no me quiero ni imaginar tu situación a distancia y con 3 de necesidades y edades distintas.
Lo segundo de Mujer De…NADA que si su puesto es de responsabilidad el tuyo es el triple, a ti con nombre y apellidos propios que te lo has ganado concreces.
Estoy un poco triste porque esto significa que ya no te voy a poder ver en esas reuniones o en esos cafés que voy a aprovechar a tomarme contigo antes de marcharte. Pero bueno, confío en que sigas dando guerra, y que el 2.0 haga esa distancia más llevadera.
Mucha suerte en los colegios, la casa, las redes y en tantos otros aspectos en los que te tendrás que mover ahora como ya lo has hecho antes. Pon firme a todos aquellos que no consigan articular tu nombre y disfruta a tope de todas las novedades que el destino te esté por traer.
Me encanta el post y tienes mucha razón… Yo soy siempre " la Señora del Doctor X "… qué rabia me daaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Un besote y me alegra que lo hayas solucionado.
A mi una cosa que me enseñó mi padre fué a valerme por mi misma sin depender de nadie.
No hablo solo económicamente, que también, pero si enfocado a evitar el ser señora de nadie.
Es algo que no se puede evitar, sobre todo en distintos ámbitos pero oye, yo hago lo posible como tu y muchas mujeres, de demostrar que soy un ser independiente.
Y se al 200% que si yo mañana no tuviese pareja no cambiaría mi situación para nada.
Médicos, bancos, declaración de la renta, ocio, compra, escolarización…. tooooodo lo hago yo.
Por cierto que no sabía que al final os mudabais. Pensé que estaba en el aire.
Un beso y enhorabuena por conseguir lo que mucha gente no es capaz.
Máquina!
Hola: fabuloso post reinvicando el esfuerzo, trabajo y dedicación que dedicamos para que la familia siga funcionando y haciendo todo tipo de gestiones a miles de kilómetros… Me siento identificada en muchos aspectos con esta experiencia que nos relatas y por supuesto que con 40 años nos queda mucho camino que recorrer en diferencias parcelas de la vida… Estamos en lo mejor de la vida aunque el mercado laboral se empeñe en dejarnos en casa!!! Seguimos en contacto
Me ha encantado tu post y me solidarizo contigo. Y además después de todo lo que te mueves y trabajas y te implicas en la educación de los peques. Y da mucha rabia. Yo también he acabado en casa y tengo 44, para que lo voy a negar, a veces me siento un poco "inutil" porque da la sensación de que no se valora lo que haces. Así que muchas gracias por el post que en parte me ha subido la moral! Besos
Claro que tienes toda la razón, y mi enhorabuena por gestionar el tema de la escolarización con tanto éxito.
Ayyyy, a mí me da mucha rabia lo de mujer de, a veces pienso que si me hubiera tocado vivir en uno de esps países donde la esposa coge el apellido del marido no me habría casado,jajajaja. Besos.
Genial post, tono fui la "señora de" porque siempre daba mi nombre y apellidos en todas las gestiones que hacía y cuando alguien me decía la "señora de" le decía mi nombre y apellidos, que alguno ponía una cara que era un poema…
Ahora, generalmente, soy la madre de Mini Yo, y en eso estoy encantada.
Es una lástima que la gente no aprecie todassssss las gestiones que se hacen para llevar bien la logística de un hogar y más cuando hay un niño con discapacidad porque muchas veces hay que hacer el pino con las orejas y ni es fácil ni todo el mundo puede.
Besos y mucha suerte en tu nuevo hogar
Como siempre, se nos ignora sistematicamente para muchas cosas a pesar de hacerlas igual o mejor que ellos. En fin, una pena.
Te he nominado a un tag en mi blog 🙂
Me ha encantado! Tienes muchísima razón. Las mujeres no somos la "mujer de" o la "novia de", somos nosotras y punto, y valemos por lo que somos, no por ser pareja de nadie.
Olé tú! Ojalá toda España lea tu post y la gente vaya dejando de lado actitudes sociales poco… poco… agradables? constructivas? educativas? equitativas? El hecho de considerar a la mujer como entidad propia creo que todavía es algo que sólo ponen las leyes. Socialmente nos queda un buen trecho por recorrer. Te lo dice la "novia de". De un mindundi, pero "novia de". Eso sí, él, ante mis amigas, no es el "novio de" nadie, es él, con su nombre, sin más categorización. Cuanto menos, curioso.
Pues igual no has salvado la vida a nadie, pero seguro que pocos "maridos de…" serían capaces de gestionar lo que nosotras gestionamos. Yo he tenido que aprender como se gestionan las tierras de labranza viniendo de ciudad y sin haber visto más pollos que los del súper y que me llamen "la mujer de…" me patea el hígado de muy mala manera.
Felicidades por una gestión tan complicada como la que has llevado a cabo con éxito. Sigue así, Mujer de hoy en día.