Mi hijo de 11 años no habla, no tiene lenguaje oral a excepción de fonemas aislados y un Pa-pa que no siempre tiene significado.
En cuanto a gestos, tiene uno universal, en el que se lleva un dedo a la boca para expresar deseo de algo, pedir, querer.
Poco más.
Esto es lo que más angustia, impotencia y dolor de cabeza me ocasionan: no entenderle.
Cuando lleva días comiendo fatal, y nosotros de algún modo le obligamos porque no sabemos si es que no le gusta o es que directamente no quiere o no puede. Hay que decir que de entrada rechaza cualquier alimento a excepción de un tazón de leche con algo (leche de soja, de avena, la que sea). Ante la duda siempre hacemos que coma algo, sobre todo por las noches dado que debemos administrarle mucha medicación.
Cuando de pronto una noche la pasa con gritos o vómitos, y más gritos, lo que nos confirma que algo había de fondo por el hecho de no querer comer.
Cuando al rato se queda dormido en el sofá y al levantarse se encuentra más o menos bien, animoso, mientras que horas antes se le acababa el mundo del dolor.
En esos momentos te planteas si eran gases, indigestión, infección, una convulsión que se nos ha escapado…
Y en muchas ocasiones ir a urgencias no es una opción porque ante el triage, más cuando no hay fiebre, te encuentras casi sin argumentos. Son unas horas, no sabes qué le duele…
¿Sabéis esa horrible sensación de remordimientos mezclada con algo de vergüenza? Pues así me siento yo cuando lo veo malito y pienso que le he obligado a comer, y no he sido capaz de saber leer entre líneas.
Y son tantas veces…
Saber que tiene una infección en un oído sólo cuando grita a todo volumen y ves un líquido caer por el pabellón auditivo: en ese instante se le está perforando el tímpano, y no lo he visto antes para poder haberlo llevarlo antes al otorrino y evitar llegar a ese punto…
Saber que tiene placas en la garganta sólo cuando el termómetro supera de pronto los 40 grados y está prácticamente tirado por el suelo. En ese momento en el que el médico te dice: «Pero, ¿cómo me lo trae así y no vino antes?» Porque él, si no sube de 38 o más no muestra síntomas, incluso casi con 39.
Pues no me puede decir qué le duele ni qué le pasa.
Este, junto al tema control de esfínteres, es nuestro mayor problema en este momento: su salud. Porque en el resto de áreas -aunque es muy difícil- vamos sorteando el camino y nos vamos nos entendemos.
A pesar de todo mi hijo comunica, y mucho.
Esa mirada picarona cuando quiere jugar, ese gesto con la mano cuando tiene sed o hambre, ese abrazo cuando quiere jugar o bailar…
Esos soniditos perfectamente modulados según a quién llame y para qué lo haga…
Porque NO EXISTE LA NO COMUNICACIÓN.
Se pueden decir tantas cosas desde el silencio, y estamos aprendiendo poco a poco a conocer cómo piensa.
Nuestros niños con discapacidad tienen con gran frecuencia problemas de lenguaje. Es uno de los procesos cognitivos más complejos, y en cuanto se montan las estructuras cerebrales y algo falla en ese circuito, el lenguaje queda alterado.
Y menos mal que cada vez hay más herramientas y profesionales vocacionales y volcados con los nuestros para ayudarnos en ese complicado proceso de enseñanza-barreras-aprendizaje.
Los sistemas alternativos de comunicación, en nuestro caso PECS y el
Sistema aumentativo Gestual y oral (SAGO) de la
Fundación Gil Gayarre, poquito a poco estamos mejorando nuestra dinámica familiar porque vamos entendiéndonos todos un poco más y eso nos está facilitando enormemente la convivencia. De manera muy lenta, eso sí.
Esas cuatro o cinco acciones que ya identifica en imágenes y gestos quizás para tí no sean nada, pero para nosotros significa que él nos está regalando un auténtico recital al mayor de los niveles literarios.
Hemos aprendido del valor de esa ausencia de palabras. De las distintas frecuencias de los sonidos. Leemos sus gestos, sus pestañeos. Nos conocemos cada pliegue de su piel y cada microexpresión.
Pero con el tema de las enfermedades aún nos queda camino, porque de saber que le duele algo, a saber qué le duele va todo un abismo de comprensión.
Y esa es nuestra meta y nuestro reto a futuros, esperando a que en algún momento, al igual que sus hermanos, sea capaz de pedirnos un libro, un juguete, una película…
Y tú, ¿escuchas el silencio?
Afortunadamente mi hijo está adquiriendo el lenguaje. A un paso muy lento, a su ritmo, pero lo está desarrollando y, dentro de unos años, se expresará oralmente, igual que el resto de los niños de su edad; pero la experiencia que describes, de vez en cuando la vivimos y hace un año ,nuestra comunicación era muy similar a la vuestra. Espero que, poquito a poco, los avances vayan llegando. Te entiendo y comprendo tanto… Un beso enorme para ti y para tu 7.
Te envío un abrazo enorme ! No puedo decir q en eso te entiendo pq Pol habla y se expresa pero en todo lo demás si te entiendo ! Te envío un súper abrazo ! Muak
Me ha enternecido muchísimo, como has descrito, esa frustración con palabras. A veces, una sola palabra, se puede descomponer con cientos…
Yo, respondiendo a tu pregunta, si, oigo el silencio. Con gestos y miradas, se pueden decir millones de cosas.
Espero que pronto paseis ese abismo que tanto os encoge el corazón, porque , como explicaba rachel, poco a poco los avances llegan! así que mucho ánimo y mas paciencia si cabe!! ;).
Escuché en silencio un tiempo a mi padre cuando la ELA le dejó sin habla. Recuerdo los gestos de sus ojos, básicamente, para decir que sí… Comprendo ese malestar cuando te has dado cuenta de que él no estaba bien y era x eso que no quería comer más… Malestar, impotencia… Recuerdo a mi peque llorando cada vez que le tumbabamos solo, al cogerle dejaba de llorar y pensamos que era x capricho… Y le dejamos que llorase hasta que se durmió. Resulta que le dolían los oídos (no llegó a tener otitis, pero era obvio que le dolían)… Me sentí la peor madre del mundo! Así que puedo imaginar la alegría de ver como vuestro peque logra un día omunicar algo nuevo. Seguro que con vuestra perseverancia lograréis grandes cosas, ya sabes que no es una carrera de velocidad, sino de fondo.. Así que a ser fuertes y resistentes y llegaréis. Y llegará. Un beso
Ay Vanesa, no debes sentirte mal si alguna vez pasa lo de hoy… Yo escucho el silencio de mi abuelo, que desde el último ictus es su manera de comunicarse, en silencio, con miradas o algún gesto gutural… No somos adivinos, ni brujos ni mediums para poder saber lo que piensan, pero como bien dices, poco a poco se aprende a escuchar el silencio y a interpretarlo.
Tú 7 poco a poco irá progresando,verás… Y poco a poco el silencio se escuchará mejor, ya lo verás…
Besitos preciosa
Este post tuyo me ha causado una inmensa ternura. Entiendo que te desespere no entender qué le sucede a tu hijo, pero no te sientas culpable. A mí me pasa con el bebé, que a veces llora y miras todas las posibilidades (hambre, pañal, sueño) y cuando no es nada de eso te preguntas ¿y si le duele la cabeza? ¿o la garganta?
Creo que habéis logrado un alto nivel de comunicación. Una comunicación preciosa, con gestos y miradas. Mucho ánimo. Besos.
Vanesa, eres una madraza. Pero no sientas remordimientos o culpa, yo creo que no puedes hacerlo mejor. Tu hijo te enseña cada día y vas aprendiendo ese lenguaje del silencio, poco a poco. No es nada fácil. Haces bien en desahogarte, porque seguro que escribir el post te ha hecho sentir mejor. Y como te dije ayer, si tú te sientes mejor eso siempre será beneficioso para tu hijo. Te mando un beso enorme. Belén (mamá sin complejos).
Muchas gracias por tus palabras, mi hijo me enseña día a día, y no hay momento en el que no de la gracias por ello. Pero cuando enferma…es como si se te rompiera algo por dentro. Y no es culpa de nadie, pero el dolor de verle sufrir y no identificar lo que tiene…Ay. Un beso y gracias por estar ahí.
Acabo de encontrar tu blog y no veas como me he alegrado. Yo tengo un niño de 13 meses con microcefalia y retraso psicomotor, en un principio hablaron de daño cerebral pero a día de hoy no sabemos nada. Una aventura, vamos. Me ayuda leer mucho situaciones similares a la mia, porque esto es un mundo. Yo también escribo un blog, casi como terapia, se llama mamacorrecaminos.blogspot.com.es Ahora que he encontrado tu blog por aqui me voy a quedar.
Tomo nota de tu blog. Me alegro de que te pueda ayudar, al menos un poquito. El desahogo y la liberación de emociones son fundamentales, especialemente en los primeros años que son los más difíciles…Puedes contar conmigo para lo que Tienes mis contactos en las redes sociales y puedes escribirme cuando quieras…Un beso y mucha fuerza en este camino
Que suerte tienen tus hijos de tenerte. Mucha fuerza, gladiadora 🙂
Qué suerte tengo yo de tenerlos y de aprender de ellos!! Eso sí…Un beso!!
Comunicación es mucho más que hablar. Muchos ánimos!
Me encanta tu blog ,lo descubrí hace poco en un momento de bajón. A mi me pasa lo mismo , es muy difícil solventar estas situaciones . tu vida y la mía tienen mucho en común ,gracias por hacerme reír . te leeré siempre
Muchas gracias por este post, es tan necesario… Un abrazo enorme!!