Mi hijo grita.
Mucho.
Forma parte de su escaso repertorio comunicativo.
Sin los gritos no expresa sentimientos.
Es lo que hay.
Esto viene motivado porque ayer por la tarde leía en twitter un noticia con la que, inmediatamente, me sentí tremendamente identificada, ya que lo llevo viviendo 9 años:
Hemos hablado con Erika y Maya, dos madres cuyos vecinos no soportan los ruidos que hacen sus hijos autistashttps://t.co/mieTXBEJ7D— Hoy por hoy (@HoyPorHoy) 15 de febrero de 2017
Vecinos quejándose por los gritos de dos niños diagnosticados de TEA.
A ver.
Lo entiendo, de verdad.
Yo tengo una vecina arriba que pasa la aspiradora a las 3 de la tarde, que se pasea con tacones por la casa de noche cuando estamos acostados, que está de cháchara hasta la madrugada. Es un vecina incívica. Sí. Y me molesta muchísimo.
Tengo un hijo sin lenguaje y escasa comprensión, que necesita desahogarse y comunicar sus estados anímicos de la manera que buenamente pueda. Y esa manera son los gritos, con todo un repertorio fácilmente identificable. No es incívico. Pero molesta igualmente.
Emite gritos de alegría, gritos de canto, gritos de dolor, gritos de enfado, gritos que solicitan atención y gritos de juego. Y todos tienen en común una cantidad de decibelios tremendamente molesta. Porque además de gritar lo hace con todas sus fuerzas, a pleno pulmón.
Y no nos gusta, nos molesta. muchísimo. Nos pone de los nervios. Nos estresa. Nos genera ansiedad.
Pero no nos queda otra, no mientras no hable. Y, como de momento no hay palabras, pues….
Hemos tenido que aprender a vivir con ruido constante.
Sufrimos estrés auditivo, todos.
Así que si a mí me molesta que chille, me puedo imaginar lo que molestará a los vecinos. Y de verdad que lo siento, ya me gustaría que fuera de otra manera.
En Madrid me mudé de un piso a una casa entre otras razones por ello, y eso que tenía vecinos fantásticos. Fue una decisión tomada en base a nuestra tranquilidad emocional.
Aquí me queda un año y medio de residencia en una comunidad con mucha gente y paredes no aisladas…
Por eso nos pasamos la vida dando explicaciones donde vamos, para que cuando comience la fiesta al menos la gente comprenda que grita porque debe gritar.
A él le da igual que sea un teatro, una iglesia, un acto, un supermercado, al igual que cuando nosotros hablamos en cualquier espacio o situación, con la diferencia de que modulamos tono e intensidad y callamos si socialmente hay que hacerlo. Él no.
Nos genera estrés por partida triple: por nosotros, por los vecinos y por verle a él, tan mayor con esa incapacidad de hacerlo de otra manera más adaptativa. Creedme, lo sufrimos constantemente.
Cada vez que hemos de ir a un sitio, a comer por ejemplo, estamos temblando, anticipando. Si le ponemos dibujos grita de emoción. Si no le ponemos grita de decepción. Si se aburre grita porque se quiere ir. Si se conecta en la conversación grita porque está feliz.
Así transcurre nuestra vida.
No podemos pedirle a los vecinos que acepten un ruido molesto y ensordecedor pero sí podemos explicarles y que traten de entender que hacemos todo lo posible por encontrar herramientas mediante las terapias. Algunos lo logran, otros estamos en ello.
Por eso me duelen estas noticias, porque es una realidad y los padres nos desesperamos, porque sí, nos dan ganas de taparle la boca, de gritarle, de…Y si le alzo la voz le veo en la mirada esa expresión de «Mamá, ¿y qué quieres que haga?», y me deja desarmada, porque una vez más me ha hablado a su manera y tiene razón.
Empatía. Sólo eso. Una pizquita para hacer la vida más fácil, y la de los que lo sufren también, porque si comprenden una situación ajena, esas molestias, ese mal humor no desaparece pero se disipa gracias a la comprensión.
Un poquito, por favor.
Empatía, no hay otra… Lo triste es que cada vez hay menos de eso, debe ser que se vende cara… Un beso, cielo.
Vaya, no sé qué escribir… Mi hijo tiene 3 años y 4 meses y no habla. Muy poco. Se esfuerza mucho pero su comunicación es muy limitada aún. Y chilla. Mucho. Demasiado. Y yo no consigo esa empatía para que mis reacciones estén a la altura. Me supera en tantas ocasiones…
Yo también estoy pasando por eso y no se que hacer me siento mal tiene 3 años y meses
Pues yo soy vecino de un niño (adolescente) que grita constantemente a todas horas. No es falta de empatía, es que yo también tengo derecho a vivir. Creo que lo normal seria que los padres pudieran vivir en una casa unifamiliar porque no es de recibo que mi vida esté constantemente rodeada de gritos. ¿Que debo hacer? ¿Mudarme? No es justo. Y mira que lo siento por esta familia. Pero la empatía debe ser recíproca.
A los vecinos hay veces que el agotamiento nos arrebata la empatía, cuando tienes una reunión por teams en tu despacho que da pared con pared con la habitación y hasta tu jefe escucha los gritos, cuando te despierta a las 7 de la mañana todos los días con gritos y cantos. No me he quejado nunca por empatía supongo, porque esto no se lo estaría permitiendo a un vecino en otras circunstancias, pero ahora que me está tocando trabajar desde casa no sé cuánto tiempo más me durará la paciencia. No podemos descansar ni trabajar en mi hogar, da igual la hora y el día de la semana. Quizás en este caso particular, a los padres de esta criatura también les está faltando empatía para con los vecinos, y al menos distraerla de alguna manera para evitar los conciertos a las 7 de la mañana y de 16:00-17:00h de la tarde…con qué poquito me conformaría.
Es increíble que haya gente aquí comentando que los padres no se esfuerzan, como se nota que nunca han tenido que vivir lo que un padre con un niño con esa condición. Mejor intentar entender, reflexionar o ponerte en los zapatos del resto, en vez de venir a solo quejarse.
Yo lo vivo constante, el hijo del vecino de arriba,chilla todo momento,he pensado vender mi piso porque ya no aguanto,u aparte del grito recorre todo e pasillo corriendo jugando con cosas que molestan también,aparte de los padres le dan igual que hay vecinos,,los padres no se molestan en quitarle las cosas con que juega el niño que molestan muchísimo, ejemplo el triciclo dándole a la pared,bola rodeandola a cual6 hora,rastrear sillas sin parar,golpeando elsuelo con objetos metálicos,aparte las fiestas que montan bailando con tacones,pero que la discoteca,me subí hablar con ellos,me contesto la madre que a ella también soportaba los ex vecino que tenía en otro sitio,ellos solo lle abandono un año ,no sé que hacer ,cambiarme de casa después de recordarla a mi gusto,saludos
Me gustó mucho tu post, me aclaró bastante sobre el autismo. Soy un vecino en una urbanización y a escasos metros vive una familia con un hijo con ese mismo problema. Yo nunca me quejaré por esa molestia, aunque algunas veces prefiero pasar calor y cerrar la ventana, porque ya no soy capaz de encajar más chillidos, es realmente molesto. Valoro mucho el sacrificio que hace toda la familia. Veo al niño, ya adolescente, como un ser humano sufriente, en un mundo que no tiene nada para ayudarle, y quizá la única felicidad que recibe es el cariño con el que le trata su familia.
Muchas gracias por este post nosotros llevamos 3 semanas que está siendo muy difícil , sobretodo cuando le da una crisis o tiene rabietas , no quiere entrar en casa y grita durante 30 minutos y llora , y grita por todo . Intentas de todo para que no lo haga y hemos pasado 5 días de vacaciones que han sido más estresantes de que desestresantes , y la verdad lo estamos pasando fatal , pero gracias a tu post veo que tengo que tomarme la cosas más tranquila gracias.
Tengo un vecino asi. Me mude aqui para tener tranquilidad. Yo tambien tengo derecho a vivir
A los dos días de fallecer el vecino de al lado reventaron la puerta y se metieron de okupas una familia árabe. No pagan alquiler, tienen enganchadas agua,luz…, reformaron la casa y eso que estaba reformada. Contaron que tienen buenas pagas, bueno, les ha salido de lujo. Aquí somos amables y se les ayuda, incluso se les dan las llaves del edificio y todo. Tienen dos gemelos de dos? años,y lloran y sobretodo gritan a todas horas, día y noche, sin parar, la pared es de Pladur y parece que tengamos a los niños en nuestra casa. Yo sufro de somatización, y voy al psiquiatra, necesito estar tranquila para intentar dejar de somatizar los males que tengo, que me hacen la vida muy mala 🙁 y esos gritos me perjudican la terapia. Preguntamos a la madre si estaban enfermitos o algo pero dijo que no, que están muy bien, que entre ellos se comunican así, y ya está, y nos desconcertó, es decir, están sanos pero ellos no hacen nada por reeducarles para que no nos molesten. Y no podemos hacer nada más. Ojalá pudiera irme de aquí, y cada vez estoy peor de mi enfermedad ya que es insoportable, no sé cómo no les crea afonía tremendo griterío constante. Ahora mismo mientras escribo están gritando. La autoridad no hizo nada y eso que se les avisó por parte del vecindario en cuanto reventaron la puerta. Ojalá empatizaran conmigo y mi enfermedad. No puedo más. La vida así no es vida. Un saludo.