No os podéis imaginar lo vívido de sus relatos, cómo lo explica, los detalles, las expresiones de su cara y la convicción absoluta.
La última de todas, una gran aventura en el Bajo Egipto:
-¡Mira, eso es Egipto!
-Sí señor
-Ay, ¿te acuerdas cuando me fui a Egipto y conseguí la Espada dorada de los exploradores!
-Refréscame la memoria por favor, que no me acuerdo. ¿En serio?
-Ay mamá…a ver…Yo me fui de «exploración» a Egipto durante milesmil días, y fue una aventura.
-¿Y no te acompañó nadie?
-No, no hacía falta
– ¿Y el calor?
– Bebía tres botellas de agua por lo menos.
-¿Y no tenías miedo?
-Qué va. De día caminaba y de noche dormía en mi tienda de campaña. Los exploradores no tenemos miedo.
-Ya. ¿Y el pis por la noche?¿Quién te ponía el pañal?
-No me hacía falta. El saco era especial y si te hacías pipí se secaba enseguida.
-Vaya, qué invento. ¿Y te costó mucho llegar?
-Qué va, chupao.
-¿Y cuando llegaste a Egipto qué hiciste?
-Pues encontré la pirámide verde, entré dentro, ¡y allí estaba la espada! Pero el malvado faraón me impedía el paso. Pero era un petardillo la verdad…
-¡Por favor, qué nervios, continúa!
-Entonces le di la famosa patada ninja -que tú ya conoces-y no pudo hacer nada. Lo vencí. Además de todo eso, salía una música fantasmal del suelo, y las piedras me atacaban, pero ¡pude con todos!
-Bueno bueno bueno…Pues sí debe ser poderosa esa patada ninja, sí.
-Sí. Toooodo el mundo conoce la patada ninja.
-Y si todo el mundo la conoce ¿porqué el malvado faraón no la vió venir?
-Poooorque ellos están en otro país y no conocían su poder.
-Ahhh
-¿Y ahora?
-Ahora he conseguido la espada, he vencido y soy un poderoso explorador.
-Lo eres. Enhorabuena
-Sí, Estoy cansado de tanta aventura, la verdad.
-Y tanta valentía, hijo, no te olvides. Que demuestras ser muy valiente.
-Soy el más valiente.
– Bueno, los hay más valientes, pero en fin…
– Necesito descanso, Pronto volveré a hacer el viaje pero no sé con quién.
– A mí me viene mal hijo, la verdad. – No tú no, que necesito a alguien más valiente…
-Ok. Venga, mañana seguimos. Ahora es hora de dorrmir, vete a la habitación que ahora mismo voy yo.
-No puedo. Me da miedo la oscuridad…