Continuando con las colaboraciones con el blog Mama y maestra (que tantas alegrías me están dando), hoy os traigo una segunda entrega sobre uno de los temas que más me apasionan dentro de la estimulación temprana: el gateo.
Si bien en el primer post hablaba de la importancia del gateo a nivel de neurodesarrollo, en esta ocasión, planteo cómo favorecerlo y en qué condiciones es más óptimo trabajarlo.
Como todo, aunque es un proceso en principio natural, hay una serie de, llamémosle normas, para que la práctica del mismo sea más exitosa para su realización: superficie lisa, extremidades descubiertas, refuerzo positivo…
El gateo puede ser una actividad muy divertida que, al tiempo de realizar un trabajo brutal de neuroestimulación proporciona herramientas de transporte, seguridad y autonomía en los pequeños (y no tan pequeños) que los padres debemos reconocer y ¿por qué no? DISFRUTAR.
Os dejo el enlace del blog.
Y gracias por estar ahí. A GATEAR!!