Uy, ¡si son casi las cinco de la mañana ya! Voy corriendo a hacerme un café.
Pero, ¿A  ESTAS HORAS?

A estas horas, y como me relaje se acabó la tranquilidad. Es el único momento del día -y no siempre puedo aprovecharlo – en el que puedo disfrutar del silencio, leyendo las noticias, el correo, ponerme al día con facebook y twitter o viendo algún capítulo de algunas de esas series que voy guardando. Es cuando puedo adelantar algo de trabajo. En silencio. Porque por la noche, cuando todos duermen, el reposo del guerrero se convierte en la derrota de la matriarca, y apenas tengo energías para cenar. Así que imagina ponerte a ver una serie de espías rusos subtitulada o redactar teniendo que concentrarte….va a ser que no.
Desgraciadamente el tener un niño con problemas de sueño te cambia toda la dinámica familiar, para bien o para mal, y todos acabamos de algún modo con el ciclo modificado, por lo que los pequeños suelen despertarse muy muy pronto (y claro, también se acuestan muy muy pronto).
Así que uno aprende a adaptarse, a vivir aprovechando cada segundo de tranquilidad, -escasos- como si estuvieses en un resort, y aprendes a dormirte en cero coma.
Dicho esto, me voy a tomar mi café con leche con unas tortitas de anís, ponerme cómoda y a rezar por que me dejen al menos ver qué ha pasado en el mundo más allá de estas paredes.

PD: Ya llega por ahí el de casi 3, maldición….