Tres niños.
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– Me gusta mucho el chocolate.
– Me gusta poco el chocolate.
– Me encanta el chocolate. 

– Me gusta jugar con la pelota a veces, aunque el fútbol se me da mal.
– Me chifla jugar con la pelota.
– Me gusta jugar con la pelota a balón prisionero. 

– Me gusta la música, cantar y bailar.
– Me gusta la música, cantar y bailar.
– Me gusta la música, cantar y bailar. 

– Me encanta el bizcocho de mamá.
– Me requeteencanta el bizcocho de mamá.
– A mí me encanta más que a nadie. 

– No me gusta recoger.
– A veces recojo, pero no me gusta,
– Me encanta recoger. 

– Me encanta ir al parque.
– Me encanta ir al parque.
– Me encanta ir al parque. 

– Me gusta viajar en coche,
– Me gusta viajar en coche.
– Me gusta viajar en coche. 

– Me gusta trabajar y aprender.
– Me gusta aprender, trabajar algo menos.
– Me gusta aprender y trabajo bien.

Así podría seguir.
Tres niños.
¿Adivinarías cuál de todos es #Elde9?
¿Y #Lade7?
¿#ELde5?
Los tres son niños. Los tres juegan, aprenden, comen, disfrutan con determinadas cosas, aborrecen otras. Los tres tienen muchísimas cosas en común, que los unen, que los acercan.
También tienen muchas cosas que los diferencian, que los hacen distintos, pero no los separan.
Porque han aprendido a aceptarlas.
Aquí, el hecho de que uno de ellos tenga una lesión cerebral es lo de menos.
Hay que repartir el chocolate, mantener un turno con la pelota, ver dibujos que no te gustan, escuchar música que le gusta al otro hasta que te toque a tí, colaborar recogiendo aunque no quieras…
Se nos olvida tantas veces que todos son niños. Todos tienen necesidades y deseos, y es mucho más fácil convivir cuando los integramos en nuestro día a día y lo respetamos.
Llega un momento en el que da igual que uno vea los mismos dibujos en bucle y que sean demasiado infantiles. Lo entendemos, y, aunque no nos guste, lo aceptamos.
No es tan difícil. 
Tratemos de encontrar las similitudes en los demás, en los otros niños que en clase pueden parecer diferentes. Podemos llevarnos una sorpresa y nuestros hijos tener en común mucho más de lo que pensábamos.
Porque todos somos diferentes, pero también somos muy iguales.

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