De verdad. Parece mentira en los tiempos que corren. Tanto que se habla de avances en accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas, y constantemente encontramos noticias que nos indignan.
   Ya comenté en otro post la cantidad de obstáculos que me encontraba todos los días camino del colegio de mis hijos, y protestaba por la inacción del Ayuntamiento al respecto.
   En esta ocasión os voy a hablar de algo que no ha sucedido en territorio español pero la causante sí ha sido una compañía aérea española.

   Leía hace un par de días que Vueling negaba el embarque a Antxela López, viajera con destino a Santiago de Compostela porque, atentos, la silla representaba sobrepeso y tenía que ser plegada. 
   A ver, no sé si me he perdido algo, pero hablamos de una SILLA de RUEDAS, no de un maletón de 23 kilos lleno de modelitos para veranear y cosméticos. Una silla que es su medio sin el que esta señora es incapaz de desplazarse.
Fuente La voz de Galicia
   La silla en cuestión, de medidas legales, no puede ser desmantelada por lo delicada que es. Ojo, no tuvo ningún inconveniente a la ida, salvo algún desperfecto en la misma. El problema surgió a la vuelta, en el aeropuerto da Amsterdam, 
   Todas las negativas y trabas impuestas le supusieron perder dos vuelos ya abonados (y los de su acompañante, ya que forzosamente en los desplazamientos tiene que acompañarle una persona) y pagar un hotel. Además, tuvo que hacer toda una serie de carambolas con otra línea aérea que sí accedió a embarcarla y la llevó hasta Barcelona en donde Antxela y su acompañante tuvieron que coger un tren hasta Santiago de Compostela por no existir vuelo directo. La broma le supuso más de 1000€ además de los billetes abonados y perdidos. 
   Increible.
  La compañía aún no se ha pronunciado pero sostiene que probablemente se deba a un «error de comunicación», Ya ves. Pues no sé qué cabezas han de rodar pero espero con ansia las consecuencias, si es que hay algunas. Espero también que esta señora tenga a mano los derechos de los pasajeros y comience a reclamar indemnizaciones a mansalva.
  Las sillas, si cumplen con una serie de requisitos -que parece ser el caso- pueden viajar en bodega sin problema y sin coste añadido.
   Mucho me temo -y aquí lanzo una opinión PERSONAL- que se ha tratado de un error humano y desconocimiento de la normativa. Por más que he leído la de Vueling no he encontrado ningúna norma que justifique las actuaciones de los trabajadores que denegaron el embarque, A no ser que consideren la silla como mercancía peligrosa, claro…pero para eso se pasan unos controles previos, ¿no? Y debo añadir, bastante exahustivos ya que yo accedo por la fila de discapacitados con los niños y he asistido al cacheo de personas dependientes y al registro de sus sillas. 
   No sé, en cualquier caso es triste que sucedan estas cosas. 
   Cuando compras un billete se especifican esta serie de características, incluso los aeropuertos tienen servicio de asistencia y muchas compañías lo ofertan. Además, la ida sin complicaciones, ¿y la vuelta no?
   A lo mejor debería reciclarse y formar al personal de tierra y tripulación en las actualizaciones de las normas para evitar que se repitan situaciones como estas.
   Os recuerdo que en Iberia me mandaban al consulado español de España para poder viajar con mis hijos dentro de territorio español. Esto sólo indica ignorancia.
   Pues sí, de nuevo YO PROTESTO

Loading