Inseparables por las circunstancias que les ha tocado vivir, pasando poco tiempo separados los unos de los otros.
Y, a pesar de las fricciones, de que van creciendo y necesitan su espacio, no conciben el paso de las horas sin la presencia de los otros.
Igual que nos vuelven locos, nos llenan, a todos los niveles.
Cada uno a su modo, con su forma de vivir la vida.
Diverso y neurotípicos, todos aprendiendo de todos.
Para mí la familia más imperfectamente perfecta que podría desear.