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   Como os comentaba en la Primera entrega del jugoso encuentro en el Hospital Nisa Pardo de Aravaca, la cosa dio para tanto que he tenido que dosificar la información si quería ser capaz de transmitiros todo lo que aprendí y vi.

   Tras la breve exposición sobre la unidad de Prematuros, tocó el turno de los Cuidados de los niños en verano, centrados en Alimentación, Cuidados relacionados con el sol y Los peligros del agua.

ALIMENTACIÓN DE LOS NIÑOS EN VERANO

Foto: Coonic/Nisa

  La Vida desordenada en vacaciones condiciona la alimentación de los pequeños, por lo que los líquidos, los alimentos ligeros y el agua se convierten en pilares fundamentales.
   No sé los vuestros, pero aquí no hay mucho hambre ahora con estos calores infernales…si acaso tras la clase de natación, que lo que hay es hambruna, pero enseguida se sacian. Parezco un buffete andante, todo el día con bebidas y platitos, pero no hay otra manera de que coman.
   LA DIETA sobra decir que ha de ser variada y equilibrada.
– Menos rica en grasas, basada en hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales,
– Mayor aporte de líquidos.
– Es conveniente incrementar la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes para neutralizar el proceso de envejecimiento causado por el sol.
– Comidas más frecuentes, menos copiosas
– Alimentos fríos

CUIDADOS DEL SOL

      Nunca es suficiente la información que recibimos acerca de los riesgos de la excesiva exposición, y los efectos de una insuficiente protección de los niños, y sus efectos en la piel. NO se nos debe olvidar NUNCA.
   NO voy a entrar a explicar con detalle los tipos de rayos solares, sólo apuntar que hay tres tipos:
            A: penetran profundamente en la piel. Los bronceados, las reacciones, el envejecimiento potencian los B.
                 B: responsable directo de cánceer de piel y quemaduras solares.
             C: Absorbidos por la capa de ozono antes de llegar a la atmósfera e incompatibles con la vida. 

 
   A partir de ahí se nos explicó que había diversos tipos de filtros solares y de protectores, concluyendo que

   Comentar que, aunque resulte sorprendente, el porcentaje de bloqueo de los rayos UVB es prácticamente el mismo, con muy poca diferencia,  independientemente del factor de protección. Hay que aplicar con más frecuencia, esa es la clave.  Por ejemplo, nos recomendaron que para los niños sería preferible un factor 30 cada dos horas. Vamos, que embadurnar a la criatura con 50 cual aguaplas y olvidarse en todo el día no funciona. Para nada.
   Otro aspecto en el que la Dra. Pascual incidió fue en la FOTOEDUCACIÓN. Tips como no exponer al sol a bebés menores de 6 meses, ni siquiera usar fotoprotectores en ellos o que con 15 minutos al día tenemos las necesidades de Vitamina D cubiertas es información que es imprescindible manejar cuando se asocian las palabras niños y sol. Inciso, yo creo que los míos no pisaron la playa con menos de un año, y si lo hicieron fueron contadas ocasiones y allá a las 7 de la tarde como pronto. Que a mí lo del sol me da mucho respeto y miedito, las cosas como son…
   A lo que iba, crear hábitos de aplicación sin olvidar ninguna zona, utilizar gafas de sol con filtros UV, gorras, y lociones/cremas resistentes al agua e incluso prendas que cubran LA MAYOR PARTE DEL CUERPO mientras se permanezca en áreas soleadas. 
   Aquí, Antonio Hualde de Avène España puso el acento anecdótico al comentarnos la nueva moda del Facekini en Asia. En este caso una imagen vale más que mil palabras…(Avéne con su campaña Salud y Sol colaboró en este encuentro)
Foto: SModa el Pais
   Y creo que sobra decir que hay que evitar exposiciones entre las 12 y las 17 y que es necesario buscar sombras y beber mucho líquido, revisiones dermatológicas además de prevenir golpes de calor
   En el caso de que se produzcan quemaduras, proporcionar duchas de agua frías, un jabón neutro que no seque, beber más agua, cremas hipoalergénicas y administrar ibuprofeno o antihistamínicos. Lo deseable, claro está, es no tener que llegar a estos extremos.
   Yo reconozco que de adolescente cometí muchos excesos, me pasé pero mucho mucho. Soy blancuzca y pecosa, ahora más, supongo que efecto de esas exposiciones (además de los embarazos) mega brutales en las que acababa  hasta con ampollas. La de veces que me habré pelado y quemado, ayyyy…inconsciente yo.
   

LOS PELIGROS DEL AGUA

   Para prevenir ya sabéis, que no hay ojos suficientes. Mucho cuidado con elementos flotadores, porque pueden volcarse o pincharse o soltarse. Lo ideal es enseñarles a nadar lo antes posible para que cuanto antes sepan aguantar la respiración y flotar.
  Y, ¿qué os puedo contar acerca del mal llamado «Síndrome de hipocución»? Que es el corte de digestión de toda la vida, y digo mal llamado porque es independiente del proceso digestivo. Consiste en un proceso de inmersión extremo, más acusado en niños, «por una alteración brusca del reflejo al contacto con al agua, pudiendo provocar pérdida de conociiento o parada cardíaca». Y es favorecido por el alcohol, la digestón, el ejercicio físico, copidas copiosas…
  Para evitarlo, pues evitar esas conductas de riesgo. No tomar mucho sol ni hacer mucho ejercicio antes del baño. Evitar el baño inmediatamente después de haber comido mucho o si se ha bebido alcohol, y también las entradas bruscas al agua fria, mejor de manera progresiva, y al menor síntoma extraño, fuera. Enseguida.

   A ver, que poco nuevo hay que añadir, que siempre es lo mismo, pero, vaya, siempre hay accidentes, todos los veranos, que podían haberse evitado.
   Nos acomodamos, restamos importancia a esos pequeños hábitos, relajamos nuestro nivel de alerta y pasan las cosas que pasan.
   Cuidadito con todo esto por favor, que el verano es largo y queremos guardar buenos recuerdos y que sean muchos con nuestros peques…

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