Que levante la mano el/la que tenga niños en edad escolar y hayan comenzado a bombardearle con preguntas sobre género, sexualidad y concepción.
   ¡Ajá! Pues somos un puñado, sí.
   De un tiempo a esta parte mis conversaciones suelen siempre acabar en besos, novios, maridos y maridas, embarazos, bebés, colitas y culetes. Y no hay más tu tía.
   Lo mismo empezamos a hablar de Súper Mario Bros o de las dudas existenciales de la Patrulla canina y la gallina Chikaleta, para acabar siempre con cuestiones del tipo:

   -¿Y tú porqué no tienes más bebés?
– ¿Los bebés salen por la boca?
– ¿Yo voy a tener uno?

   Conversaciones del calibre…
          – Mami…¡si tú no tienes colita.
          – Hijo, pues no. Ya lo sabes. Soy una chica y las chicas no tenemos.
          – Siiiiii….si yo te la vi una vez
          – A ver. No sé a quién verías tú pero te aseguro que no era mamá.
          – ¿Y por qué?
          – Porque soy una mujer y las mujeres no tenemos colita.
          – ¿Y qué tenéis?
          – Pues tenemos…
          -…esto Alejandro -le contesta su hermana- raaaas- se baja el pijama y las braguitas- ¿ves? Pero si te bañas conmigo, ¡hombre!
          – ¡Aaah!.
          – Es la vulva. V-U-L-V-A. Que yo lo sé porque Mar me lo enseñó cuando era muy pequeña, con cuatro o cinco años. Tú eres muy pequeño aún (¿?)
          – ¿Entonces no es el culete?
          – Es una forma de hablar.
          – Pero yo quiero una vulva.
          – Hijo…de momento no puedes.
          – Síiiiii…quiero ser chica. Me dejo el pelo largo y ya.
          – Los chicos pueden tener el pelo largo, listo y las chicas el pelo corto.
          – Y puedo ser una chica porque me corto la colita con mi sierra de las herramientas.
          – ¡Ay hijo, no! Eso no se puede.
          – Pero no te preocupes mamá, que me la pego con la cola de carpintero.
  Y entre charlas así pasamos gran parte de la jornada. El pequeño con curiosidades sobre el género, y la mediana sobre si las parejas del mismo sexo pueden tener hijos.
  Situaciones complicadas, no por el tema en sí, algo que considero debe ser tratado con toda la naturalidad del mundo, si no por el lenguaje a utilizar para que lo comprendan.
   Y no, no les doy largas. Si me preguntan, respondo.
   Cuando #Elde4 me dice que quiere llevar el uniforme de su hermana que es más bonito, o se pone una diadema y me pregunta «si está mona», o me dice que quiere tener un bebé…¿Qué le voy a contestar? Que en el cole no puede pero que fuera puede hacer lo que quiera, excepto lo del bebé, claro, que es biológicamente imposible.

 – ¿Bioloqué mami?
– Que no se puede y ya.

   Me teníais que haber visto ayer tratando de explicarle la Fecundaciòn in Vitro a #Lade6:

   – ¡Ah, vale, vale!. Entonces dos chicas casadas sí pueden porque una de ellas hace como que se casa con un papá -pero de mentirijillas-, van al médico y tienen un bebé. Y la otra es otra mamá, ¿no?
– Iiiiiisichhhhhh….bueeeeenooo
– Jo mami, cuánto sabes….

   O si no la fijación del pequeño con los pechos. ¿No os pasa?

   – Mami, ¿te puedo tocar las tetitas?
– Si hijo.

  Y perlas del tipo:

   -Cuando estás gordita es que tienes un bebé dentro, ¿no? Como ahora
– Mal dolor te de niño

Fuente; Calvin & Hobbes

Fuera de la anécdota, es fundamental la educación sexual de los niños desde bien pequeños. ¿Por qué? Porque lo van a vivir con naturalidad y son aspectos de la vida y dudas que van a surgir tarde o temprano. En otro momento hablaré con más detenimiento sobre esto.

   Sólo decir que los profesores tienen un importante papel en este aspecto. Mientras que la mediana ha recibido formación e información desde primero de infantil, el pequeño, que está en segundo no tiene ni idea de nada todavía.Que sí, que es muy pequeño, y llegará este curso o el que viene, pero claro, ve a sus hermanos, hace preguntas y no encuentra respuestas fuera de casa.

   – ¿ Y por qué Aitana tiene…?¿Y Rodri porqué…?¿Y papá…?

   Naturalidad, sencillez  y quitarse la parte incómoda -que muchas veces lo es- de nuestras espaldas.

   – Mami, dale un besito a papá, venga, venga…que no tienes nada que hacer. Pero como en las películas, con lengua
– ¡Niña!

…A eso me refiero.
   ¿Y vuestros peques?¿Comienzan a bombardearos con estas cuestiones?

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