Ahí lo tienes, ¡vas a ser mamá!

   Todo tu mundo comienza a cambiar, y llegan mil preguntas.
   Y una de ellas es, ¿podré seguir conduciendo todos los días hasta el trabajo sin problemas estando embarazada? O ¿símplemente seguir conduciendo, sin más?
   Durante años ha circulado la leyenda urbana de que no, no era aconsejable para una madre gestante ponerse al frente de un volante.
  Bueno, pues yo te digo que no, que el embarazo no es una enfermedad, y que tomando las precauciones adecuadas vas a poder seguir conduciendo hasta prácticamente la recta final del mismo. 
   Para ello, habrás de seguir una serie de recomendaciones:
Consulta a tu médico.
   Lo primero de todo. Cada embarazo es un mundo. Cada embarazada experimenta distintos síntomas, especialmente el primer trimestre. Náuseas, mareos, somnolencia, despistes, ciáticas…todo puede afectar a la capacidad de concentración, suponer importantes molestias y conllevar un riesgo. Por un lado utiliza el sentido común, por otra consulta a un profesional y haz caso de sus indicaciones. Sobre todo si tomas medicación para controlar alguna de esa sintomatología que pueda tener efectos secundarios y reducir tus tiempos de reacción o provocarte cualquier otro efecto secundario.

Usa siempre el cinturón.
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Fuente: Crecerfeliz

   Conforme el embarazo vaya avanzando llegará un momento en el que el aumento del volumen de tu abdomen haga que el cinturón de seguridad te moleste. Y mucho. La posición correcta será cruzando la banda superior entre los pechos y la inferior por debajo del vientre. Utilizar una almohadilla para evitar algo de presión puede ser recomendable. Si no estás cómoda, y te molesta mucho existen adaptadores específicos que sitúan la parte inferior del cinturón a la altura del pubis, resultando mucho más cómodo y fijando de manera segura el mismo.

   Piensa que unos meses de más o menos incomodidad pueden suponer, no sólo salvar tu vida, si  no la de tu bebé.
El asiento
   El respaldo recto, para evitar dolores de espalda. El reposacabezas preferiblemente a la altura de la cabeza, no más elevado, para evitar tensiones. Respecto a la distancia entre tú y el volante, se aconsejan unos 25 centímetros, algo más separado de lo habitual. En cualquier caso estas adaptaciones surgirán de manera natural, buscando tu comodidad a la par que tu seguridad. 
No temas al airbag.
  A ver, la idea es que nunca tenga que dispararse, comencemos por ahí. Ahora bien, si mantienes una distancia adecuada y llevas el cinturón, el posible  impacto será neutralizado, ya que la bolsa se hinchará a la altura de tu cabeza y pecho, antes de que el cinturón de seguridad ejerza demasiada presión. Así que no, el airbag no supone un peligro para el bebé.
Ante un accidente o emergencia.
   No hace falta que sea aparatoso. Por pequeño que sea. El primer trimestre el feto está protegido por la bolsa y el liquido amniótico, pero durante el tercero, dado su tamaño, cualquier golpe, o impacto, por insignificante que sea puede afectarle. Y sólo un profesional podrá confirmarte si existen o no daños. Por muy leve que sea la colisión, o la sintomatología no habitual que comiences a sentir, acude inmediatamente a tu médico o contacta con tu compañía aseguradora si estás en carretera. Existen seguros para embarazadas que incluyen la asistencia en estos casos específicos. Esto es muy importante.
A partir del tercer trimestre procura no viajar sola.
  El mejor momento para conducir es el segundo trimestre. Han cesado los malestares y tu cuerpo todavía es manejable. Pero a partir del tercero, aproximadamente en la semana 30 ya se aconseja viajar acompañada. El tiempo de reacción se reduce, estás menos ágil, y puedes estresarte más. Pero, si no puedes o no quieres dejar de conducir procura que te acompañen. 
Y tras el parto, ¿qué?
   Pues, de nuevo apelamos al sentido común y al posparto de cada una. Entre una y tres semanas de tiempo antes de volver a ponerse frente al volante. Y 45 días recomendados en caso de cesáreas. Recuerda que entonces ya tendrás que asegurar también a tu bebé con los mecanismos de retención adecuados.
   Además de estas importantes indicaciones debes recordar:
– Ante viajes largos, parar cada dos horas, beber abundante líquido, tener una correcta ventilación y caminar al menos diez minutos.
– No cargues peso ni descargues el maletero, delega o pide ayuda si estás sola.
– Trata de conducir con la  mayor tranquilidad posible, sin movimientos bruscos. Sin prisas.
  Puedes conducir de manera normal, disfrutando como la hacías antes de estar a punto de ser madre, pero recuerda cumplir siempre con unos básicos consejos de seguridad.
  

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