Estos últimos días las redes sociales han estado en ebullición debido al revuelo causado por el anuncio de una nueva marca, SP future. Una colección de elementos de puericultura (cuna, trona y caballito) con pantallas integradas cuya función es relajar a los bebés, ayudarlos a dormir, entretenerlos y estimularlos mientras los padres descansan, «haciéndoles la vida más fácil«. Presente en numerosas cuentas de gran alcance y diferentes medios, la polémica estaba servida.

SP future. Caballito con pantallas. Campaña de Multiópticas Screen Pollution

SP future. Cuna con pantallas. Campaña de Multiópticas. Screen pollution SP future. Trona con pantallas. Campaña de Multiópticas. Screen pollution

 

 

 

 

 

«Es una insensatez, una barbaridad, un despropósito…», expresiones que padres, madres, expertos en educación hemos clamado al cielo, rechazando de plano este tipo de productos para nuestros bebés. Sustituir la atención, el calor, el cariño y el afecto del piel con piel por algo tecnológico. Impensable.

Lógicamente todo obedecía a una campaña de Multiópticas que, bajo el concepto Screen Pollution, ha simulado el lanzamiento de tres productos de mobiliario infantil en el que se integran pantallas, para concienciar sobre el uso de estas en la población infantil.

Screen Pollution: campaña de multiópticas para concienciar sobre uso excesivo de pantallas. Aparece un niño en una cuna con cuatro pantallas

Este concepto nace como una forma de definir la problemática de la excesiva exposición a las pantallas, para señalar los perjuicios que ésta ocasiona y buscar soluciones para lograr alcanzar un uso responsable.

Me gustaría invitaros a la reflexión -yo me incluyo-  y vamos a pensar en el manejo que hacemos de ellas en nuestras casas, cuáles son nuestros hábitos, cuántas horas les dedicamos y, sobre todo, qué uso hacen de ellas nuestros hijos.

Además, el confinamiento que hemos vivido ha puesto de manifiesto la necesidad de estar conectados en un tiempo en el que el contacto interpersonal se ha visto limitado, pasando por el teletrabajo o las clases online. Pero también lo delgada que es la línea entre la necesidad, el entretenimiento y el uso desmedido del cual deberíamos preocuparnos.

Y es que un adulto pasa de media ONCE HORAS AL DíA delante de una pantalla. Se estima que unas 408.800 horas a lo largo de la vida.

Alrededor del 80% de nuestras emociones, sensaciones e información que nos llega del entorno lo hace por la ruta visual, de ahí que sea considerado el sentido más importante y haya que prestarle gran atención. Nuestros ojos están preparados para tener una visión al aire libre y con luz natural; no están preparados para estar tantas horas de continuo esfuerzo visual mirando sistemas electrónicos con una intensidad de luz tan elevada. Y a la larga pasa factura, en nosotros y en nuestros hijos.

No sé cuál habrá sido vuestra experiencia pero en nuestra casa los dispositivos electrónicos estaban restringidos mientras había clase a una hora al día, dando más margen los fines de semana. Sin embargo a lo largo de estos últimos meses ese tiempo se ha incrementado de manera exponencial. Televisión, consolas, móviles, ordenadores… llegando a ser un motivo de discusión constante. Y resulta tremendamente difícil lograr una desconexión sana y consciente porque no, los niños no son capaces de valorar los riesgos de las exposiciones prolongadas.

Fijaos en los datos que arroja este estudio de Sondea para Multiópticas realizado en 2019:

Gráficos con datos sobre el uso de pantallas en menores. Multiópticas

Pese a que la OMS recomienda que los menores entre 1 y 4 años no superen la hora diaria realizando actividades sedentarias frente a una pantalla, la realidad es que nuestros hijos en esos intervalos de edad pasan una media de 1,5 horas. Antes de los 18 años uno de cada tres habrá pasado más de cuatro horas diarias como mínimo.

Otro dato que me resulta de especial interés es el hecho de que como padres tenemos muy claro que los menores no deben tener móvil propio antes de los 13 años. Sin embargo los datos revelan que la media se sitúa en nueve años. Una nueva tendencia que se ha establecido en los regalos de cumpleaños, de comunión, de navidad…Hablamos de NUEVE AÑOS, atención.

Obviamente durante los eternos meses que ha durado el confinamiento en los hogares las pantallas han visto incrementado su uso. La falta de alternativas, la imposibilidad de atender 24 horas a los niños lo ha hecho inevitable. Según el estudio realizado en mayo de este año

  • Un 86,30% de los españoles aseguraron hacer mayor uso de dispositivos con pantallas 
  • Adultos aumentaron 3 horas de media el uso de las pantallas (de 11 horas a 14)
  • Niños y jóvenes aumentaron 1,39 horas al día más (de 2,79 horas a 4,18)
  • Un 60% de los españoles aseguraron haber notado alguna molestia durante el confinamiento por el uso de pantallas

Y aquí me gustaría deciros a todos aquellos que os sentís -nos sentimos- culpables que debemos asumir que hablamos de un momento excepcional. La supervivienvia y la salud mental han imperado por encima de determinadas normas en casa. Pero ahora es el momento de volver a retomar hábitos, educarlos y acompañarlos en ese uso, siempre.

¿Y qué podemos hacer nosotros?

El Doctor Manuel Díaz Llopis, Catedrático de Oftalmología de la Universidad de Valencia, en  colaboración con la asociación Empantallados, nos recomienda una serie de pautas para minimizar los posibles efectos nocivos y realizar un uso responsable:

  1. Autoevaluación. ¿Cuántas horas las utilizamos? ¿Para qué? ¿Es lo que deseamos? ¿Hacemos varias actividades a la vez? Priorizar es la clave.
  2. Creación de un plan personalizado de uso digital. ¿Para qué voy a usar cada dispositivo? ¿Cuánto tiempo? Debemos ser nosotros quienes decidamos consultar el móvil y no las notificaciones las que nos guíen.
  3. Ponerse aliados o trucos. Utilizar recursos para establecer tiempos de uso y de desconexión como alarmas, mecanismos de bloqueo, aplicaciones de medición…
  4. Parpadear con frecuencia.
  5. Realizar descansos cortos y periódicos, levantando la mirada y desenfocando la pantalla. Idealmente cada 45 minutos e ir incrementándolos a lo largo del día conforme aumente la fatiga visual.
  6. Utilizar lubricante ocular tipo lágrimas artificiales, para prevenir el ojo seco secundario, cuyos principales síntomas son sensación de tierra, enrojecimiento y  necesidad involuntaria de que cierren los ojos.
  7. Situarse a una distancia adecuada de las pantalla, entre 35 y 50 cm para pantallas pequeñas (móvil, Tablet), y a un mínimo  de 55 cm para otras pantallas fijas.
  8. Añadir filtro de luz azul en el caso de que llevemos gafas graduadas.
  9. Ser ejemplo para nuestros hijos.  Puede ser interesante crear un plan digital familiar conjunto, con normas y medidas.
  10. Promover que el uso de pantallas fuera del horario escolar se realice en horas sin sol, para evitar que impida realizar otras actividades bajo luz natural.
  11. Fijar un día a la semana de ‘detox de pantallas’.

Os dejo el controvertido video de la campaña. Me gustaría saber qué opináis de la misma y cómo gestionáis esos tiempos con vuestros hijos.

 

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